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La
Forestal
Treinta y siete cajas de hierro
partieron del puerto de Liverpool el 10 de marzo de 1874, embarcadas en el buque
"Gassendi". El destino era Santa Fe, traían 180.187 libras
esterlinas.
Era el total de un empréstito celebrado por la firma
londinense Murrieta & Compañía y el gobierno de la provincia con el objetivo
de conformar el capital inicial del Banco Provincial de Santa Fe.
El
crédito se había firmado el 22 de junio de 1872 y el apoderado de la prestamista
era el doctor Lucas González, quien luego también arbitraría de representante
del Estado santafesino a la hora de saldar la deuda.
En julio de 1881, la
deuda era de 110.873 libras esterlinas y 3 chelines.
La provincia, a
sugerencia del polifuncional Lucas González, decidió pagar ese compromiso con
tierras fiscales.
Se le otorgaron, entonces, 668 leguas de territorio. Fue
por medio de una ley de la propia legislatura santafesina sancionada el 5 de
octubre de 1880.
"Los capitalistas de Londres cumplían a conciencia con
su función, como que eran hombres de una nación imperialista; la responsabilidad
debemos buscarla -a esta altura del estudio que realizamos- en tierra argentina,
y a ella es ajena el pueblo, gobernado por el régimen de una democracia
permanentemente escamoteada", escribió Gastón Gori en su imprescindible "La
Forestal. La tragedia del quebracho colorado", editado en 1965.
La
escritura debía ser firmada por el mismísimo Juan Bautista Alberdi que
intervenía a nombre del gobierno, pero no lo pudo hacer por problemas de salud.
Lo reemplazó un inglés, Federico Woodgate. Junto a Lucas González, firmaron "la
entrega del Chaco santafesino en una extensión de 1.804.563
hectáreas".
El gobierno cobró 1.002.594 pesos, pero devolvió en juicios
reivindicatorios la suma de 3.212.190 pesos.
Así nació la Santa Fe Land
Company, después Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal
Limitada, después La Forestal Argentina Sociedad Anónima de Tierras y Maderas y
Explotaciones Comerciales e Industriales.
En 1915, un diputado provincial
de Santa Fe, Romeo Saccone, salió en defensa de La Forestal diciendo que
"pretender gravar con un sistema impositivo elementos primordiales del progreso,
cuando precisamente el Congreso Nacional para ayudar toda iniciativa privada,
suprimió totalmente los derechos a la importación de rieles, no sería digno de
una provincia que pretende y con razón ser uno de los exponentes más firmes del
adelanto y de la civilización en este país". Esos eran los empleados de la
empresa.
En 1965, cuando los ingleses decidieron retirarse del
latifundio, el gobierno de la provincia decidió pagarles 2,5 millones de pesos
la legua cuadrada de peor calidad y 3,75 millones de pesos por legua cuadrada de
estancia. Decía Gori que con esto "siguen haciendo los ingleses sus negocios
millonarios, mientras en esferas gubernativas se exhibe como un triunfo, lo que
es una nueva conquista de la compañía que acumula ganancia sobre
ganancia".
La empresa tuvo su propia bandera, su policía brava, sus
ciudades, puertos y ferrocarriles, moneda propia y más de 20 mil trabajadores,
entre los que no se contabilizaron los diputados, comisarios, jueces de paz y
otros influyentes funcionarios que recibían distintos favores de la empresa,
como queda dicho.
Hubo poblaciones que recibieron los nombres de algunos
presidentes del directorio de la empresa, como sucedió con Patrick Ogilvie
Campbell, que le prestó su apellido al lugar en donde suele vivir el ahora
senador nacional Carlos Reutemann, Llambí Campbell.
La Forestal explotaba
también campos en los departamentos del centro y sur provincial, como San
Martín, Belgrano y General López. Un dominio sobre la mayoría del territorio
santafesino.
Mientras tanto le pagaba a la provincia 300 mil pesos en
moneda nacional pero tributaba casi 9 millones de pesos a la corona británica,
según el balance del año 1916.
Entre 1947 y 1957, las ganancias de la
empresa se calculaban en 50 millones de dólares y hacia 1963, sus excedentes
eran del orden de los 750 millones de pesos nacionales.
En forma
paralela, desaparecía el quebracho, se cerraban las fábricas y crecía la
desocupación y las poblaciones iniciaban el exilio interno.
También
estuvieron las huelgas heroicas de los obreros y hacheros de 1919 y 1921,
salvajemente reprimidas y algunas denuncias contra la explotación en la
legislatura provincial durante los años cuarenta.
Gastón Gori se
lamentaba en 1965 que "en más de 2 millones de hectáreas no existe ni una sola
biblioteca y un censo de lectores daría un índice cultural prácticamente
nulo".
Contaba que en 1963, "La Gallareta se conmovía por el cierre de su
fábrica de tanino; pero la Compañía ni remotamente se cerraba como consecuencia
de un descalabro económico; por el contrario, sus ingresos brutos en ese año
fueron del orden de los 547 millones de pesos, así como en 1962, después de la
clausura en Villa Ana, fueron de 463 millones de pesos. Centenares de millones
por un lado, desocupación y miseria por el otro", sostenía el notable escritor
santafesino.
A cuarenta años del cierre de las últimas fábricas de tanino
de La Forestal, los números oficiales de los censos forestales hablan del
desierto que siguió a la empresa.
Solamente si la provincia oficiara de
representante del pueblo santafesino tendría la posibilidad de demandar a los
herederos de la firma en millones de dólares por exclusivamente el costo
ecológico.
Lo social, lo humano, lo cultural, lo perdido por los impuestos
mal cobrados, sumaría otra cifra sideral que por ahora ni siquiera puede ser
mensurada.
Fuente: www.edicionuno.com.ar
Murió Gastón Gori (17/11/04)
'TENEMOS QUE SER
MENOS IGNORANTES'
Por Carlos del Frade
Gastón Gori escribió y
publicó y le reeditaron un total de 87 libros, uno por cada año que vivió. Con
intensidad, pasión, amor y rigurosidad. Un cuarto de siglo le llevó su
investigación en torno a La Forestal y murió con una jubilación que apenas
superaba los 600 pesos. El escritor y periodista que nació en Esperanza murió el
17 de noviembre de 2004, el mismo día que se inauguraba el Tercer Congreso
Internacional de la Lengua que, seguramente, hubiera ninguneado su compromiso y
fulgurante existencia subordinada a la palabra como herramienta de
transformación social y denuncia permanente. Quienes lo conocimos sabemos de su
humildad, su sentido del humor y su renovada rebeldía cada vez que se enteraba
de una nueva etapa del saqueo. Dos años atrás lo vimos bajar de una combi con un
gran costo físico para sumarse a la creación de una biblioteca popular surgida
de una asamblea barrial que apostó al futuro y que bautizó al lugar con su
nombre. Hoy Gastón ya no está. Pero es una definición absurda. Por eso elegimos
volver a contar aquella postal de alegría, militancia, honestidad y
extraordinaria capacidad que nos regaló cuando se inauguró la biblioteca en la
zona oeste rosarina. Gastón es un imprescindible. Lo queremos mucho. Lo seguimos
necesitando.
El lugar más luminoso del mundo
En la lluviosa mañana
del sábado 30 de noviembre de 2002, las asambleas barriales de Fisherton
hicieron salir el sol.
Medio millar de pibes, que concurren a cinco
escuelas del lugar, participaron del concurso de dibujos que sumaría el isotipo
de la biblioteca popular inventada por los protagonistas de las
asambleas.
Fisherton tiene 130 años y nunca antes, ningún funcionario,
nacional, provincial o municipal, tuvo la idea se fundar una
biblioteca.
Lo hizo la gente del pueblo.
Esa mañana de nubes,
pintada de gris, los chicos que fueron con sus padres, hermanos y abuelos,
supieron el significado de la palabra futuro.
Conocieron las cortinas
hechas a mano por las vecinas, los estantes robados a la mugre de galpones
abandonados, encontraron los marcos de las puertas pintados a nuevo, y comieron
un bizcochuelo gigante cocinado en una panadería del barrio.
Vieron
emocionarse a sus maestras, disfrutaron de títeres y bailes y descubrieron otra
palabra nueva: dignidad.
La reconocieron en un viejito que para caminar
se apoyaba en un bastón marrón, que vestía de traje y cuyos lentes hacía
imaginar que no miraba lejos.
Era el hombre que llevaba el nombre de la
biblioteca.
Gastón Gori, tejedor de la dignidad
santafesina.
-Tengo ochenta y siete años y ochenta y siete libros
publicados. Y como tengo pensado llegar a los noventa, necesito publicar tres
libros más. Porque forzando las estadísticas quiere decir que tengo un libro por
cada año de vida -dijo Gastón.
El hombre que durante un cuarto de siglo
investigó La Forestal y descubrió las palabras como vínculos de historias
individuales y colectivas, es apenas tenido en cuenta por los grandes medios de
comunicación de la provincia.
Y hoy, cuando tanto se habla de los
productos comerciales que semanalmente emite Telenoche Investiga, viene bien
hacer un pequeño ejercicio intelectual.
¿De cuántas investigaciones que
realizó Canal 13 usted se acuerda?. Difícilmente pueda decir con exactitud el
contenido de más de tres trabajos a pesar de la enorme difusión que le dio el
multimedios Clarín.
Sin embargo, cuando hoy los pibes de diecisiete años
son explotados en los grandes supermercados de la ciudad, ellos, los mismos
adolescentes, dicen que los tratan como en La Forestal.
Y ese concepto se
hizo carne en la memoria del pueblo gracias al trabajo de Gastón Gori. Casi con
seguridad ninguno de los chicos leyó el trabajo del esperancino, pero su obra se
ha metido en la conciencia colectiva y ese es el mejor premio que puede tener un
periodista de investigación. Que su obra lo trascienda y forme parte de los que
son más.
-Yo repetí segundo grado porque no me daba la cabeza...Quería
ser carpintero y todavía tengo el alma del carpintero...Si queremos ser una gran
nación tenemos que leer más, tenemos que ser menos ignorante. Por eso es hermoso
inaugurar esta biblioteca, porque es como un lazo que ahorca la ignorancia -
sostuvo Gastón con su implacable lucidez de ochenta y siete años atravesados de
coherencia, ética y búsqueda de la belleza y la verdad.
Por eso los
chicos sintieron la alegría de sus padres, cuando este viejito los hizo reir;
por eso los pibes se emocionaron cuando sus padres vibraron con las palabras de
Gastón; por eso, ellos, los chicos de Fisherton, entenderán con el tiempo,
cuando vayan una y otra vez a la Biblioteca, que ese sábado 30 de noviembre, fue
el lugar más luminoso de la provincia, aunque lloviera y no estuviera el
sol.
La luz viene del protagonismo de las asambleas barriales de
Fisherton y de la vida de Gastón Gori, del futuro concreto y material que
construyeron en Juan José Paso y Tarragona, a contrapelo de tanto cinismo e
indiferencia que campean en estos crepusculares comienzos del tercer
milenio.
Déjese tocar por esa luz, métase en esa biblioteca.
Ahí
está el futuro, chiquito, sencillo y poderoso, tanto como la dignidad de Gastón
Gori.
argenpress.info
Gastón Gori - Esperancino
17 de noviembre de 1915 - 17 de noviembre de
2004
Ese día tenía previsto presenciar en Santa fe una charla que
brindaría el escritor mexicano Carlos Fuentes, quien estaba participando del
congreso de la Lengua en Rosario, y en una breve escapada nos daría el gusto de
poder verlo en la ciudad capital. Pero sucedió lo de Gastón Gori, así que
concurrí a su sepelio en su tierra natal, Esperanza. Quizás tenga otra
oportunidad de verlo a Carlos Fuentes. Pero lo de Gastón Gori, era más fuerte,
sentí que aunque anónimamente, debía estar en el adiós a ese maestro y muchas
veces fuente de trabajos historiográficos que había escrito.
Mientras me
dirigía desde Santo Tomé, donde vivo hasta Esperanza, la mañana se presentaba
luminosa y ya algo calurosa, un día de sol y cielo azul, muy típico de la
provincia de Santa Fe. En el campo, los trabajadores agrícolas, sin dudas los
nietos o bisnietos de aquellas "Familias fundadoras de Esperanza", hoy
desparramados no sólo en lo que fue la colonia Esperanza, sino por todo el
centro oeste santafesino, se aprestaban en sus labores del campo, los trigos ya
estaban casi prontos para la cosecha.
El era de mi barrio, vivía a unas 3
cuadras de mi casa, había ido a mi misma escuela, la 315 "Aarón Castellanos",
era de noviembre, el mismo mes en que nací, había andado por mis mismas calles y
caminos, había visto el edificio del ferrocarril, cercano al Molino Angelita,
escuchado los "pitos" o silbatos de las fábricas anunciando el comienzo o el
final de las jornadas de los obreros y trabajadores, aunque años antes, pero era
la misma mística percibida, la de un pueblo de trabajo y en eso se inspiró su
obra, tal como lo que había vivido desde chico, en ese pequeña ciudad
cosmopolita, entre agraria y urbana, entre campesina e industrial. Lo habían
visto en esa calle San Martín dos cuadras al norte del ferrocarril, donde estaba
el negocio de su padre, y por esa calle San Martín habían alguna vez estado
juntos, José Pedroni, Paillet, Gori, Riva, Stessens y otros personajes que dió
Esperanza y que tenían su ámbito de encuentro o de presencia en esas dos o tres
cuadras al norte del ferrocarril. (Según el propio Gastón: Manuel Streiger;
Evaristo Stessens; Omar Pedroni, hijo de José; el doctor Alfredo Heer , Armando
Bruera, Lionel Robert )
Y así luego de las ceremonias, terrones de
tierra, de esta tierra generosa de la que él tanto había hablado, fue cubriendo
su féretro, allá en el cementerio de Esperanza, para volver a ser algún día otra
vez parte del ciclo de la vida.
Hugo Zingerling
Esperanza despidió
a Gaston Gori
El cortejo que traslada los restos del destacado escritor
se detuvo frente al edificio municipal donde recibió el reconocimiento de la
comunidad. Sus familiares participaron emocionados de la ceremonia que finalizó
en el cementerio local. En cada lugar representantes del Movimiento por las
Letras, el Centro de Estudios Históricos y el Intendente Municipal destacaron en
sus mensajes su aporte y su generosa personalidad.
Una vez ingresado a
la ciudad de Esperanza, el cortejo fúnebre se dirigió a la Escuela Normal,
institución donde Gastón Gori se recibiera de maestro, para luego detenerse
frente al edificio municipal.
Allí se escucharon reconocimientos de Ruben
Leonardi por el Movimiento Esperancino por las Letras, un funcionario de la
Secretaria de Cultura de la Provincia y del Intendente Municipal Rafael De Pace
que entregó el último adiós en nombre de su ciudad natal.
Posteriormente
todos los asistentes se dirigieron a la necrópolis local previo paso por la
Escuela 315 Aaron Castellanos, lugar donde Gastón Gori cursara sus estudios
primarios.
Finalmente en el Cementerio Municipal las palabras de despedida
estuvieron a cargo de José Luis Iñiguez por el Centro de Estudios
Históricos.
Por Normando Gil y Nicolás Loyarte |
nloyarte@cableydiario.com
El sábado 4 de enero de 2003 el escritor
santafesino recibió en su casa a un equipo periodístico de Cable & Diario y
El Litoral.com. Aquella mañana calurosa fue inolvidable. Gastón iluminó con
simpleza aspectos sorprendentes de su vida: sus afectos y predilecciones, su
lectura crítica de la realidad y los anhelos para los que, él afirma, serán sus
próximos tres años de vida. La conversación fue por momentos íntima, espontánea,
mágica. Preciso y lento como su tortuga, Gastón recorrió su obra y habló de sus
autores de cabecera. Subió la escalera angosta y oscura hacia una puerta
vidriada para mostrar su desordenada biblioteca, el escritorio, testigo de su
desconcierto, su tristeza y sus ansias de luz cuando escribió La Forestal en
noches de Vigilia Retenida (sus borradores inéditos), y su primera máquina de
escribir que azarosamente recupero hace poco. En el patio, sentado bajo el
fresco de la Bignonia, el señor de lo picaflores compartió su mundo de pájaros,
el trato cálido con su tero, su pato y las calandrias. En esta presentación, El
Litoral.com pone a disposición de sus lectores el texto completo de la
entrevista que testimonia la vida de uno de los escritores esenciales de nuestra
provincia.
En el patio de la bignonia
...miles de hectáreas habré
caminado por los campos, pero nunca encontré un pájaro muerto. Y cuando mueren
en jaulas, siempre dicen que mueren de tristeza. Pero no es que mueren de
tristeza, es que el final de la muerte es una muerte de tristeza, para el ser
humano también. Agonía, qué quiere decir: la tristeza de morir... agonía, es la
tristeza de morir. Todos morimos tristes cuando morimos por cosas
naturales.
Y morimos —como decía el pastor protestante— ‘‘Y José era muy
bueno y murió de su última enfermedad'' —comenzó Gastón Gori la
charla.
Gastón, ¿está escribiendo?
Yo en este momento no estoy
escribiendo libros. Pienso en libros, inclusive tengo concebidos libros, pero no
voy a escribir. Porque tengo que hacerlo en forma manuscrita y la vista no me
permite hacer bien las letras. Aunque puedo escribir bastante bien, por haber
escrito millones de veces las palabras, pero no quiero escribir un libro. Esa es
una de las razones.
Tengo una hija que revisa todo lo que yo escribí. Y es la
única que puede leer mis manuscritos y no equivocarse. Inclusive corrige los
errores que comente la desgrabadora, que a veces no sigue el sentido de las
cosas y pone cualquier palabra.
¿No le gusta dictar?
No, dictar no me
gusta. El estilo oral es una cosa y el estilo escrito es muy distinto. El
fenómeno de cerebración es distinto. Ahora, hace poquito dicté un trabajo.
‘‘Perdido en los quebrachales'' se llama. No es muy largo, lo publicó un
suplemento de Reconquista. Lo escribir casi por un compromiso con Julio Acosta,
director de la editorial Ameghino. El me pidió que escribiese eso. En la
contratapa dice que mi entusiasmo por el trabajo de La Forestal me llevó a
perderme dos veces en los montes. Quería escribirlo y me ayudó una chica que
vive en frente de mi casa que me sigue muy bien cuando dicto. Pero es muy
difícil el tema. Escribirlo me resultó dificilísimo, por el fenómeno psicológico
que hay que realizar. Lo alcancé a escribir y salió lindo, dice mi mujer, pero
mi mujer no es que me ama, es chupamedia mía.
¿Gastón, no piensa escribir
más?
No. Yo no pienso escribir otro libro más. Tengo motivos para hacerlo y
tengo cosas concebidas, pero no lo voy a escribir.
¿Cuándo tomó esta
determinación?
El hecho de que me haya disminuido la vista; por ejemplo: yo
te miro a vos, y te veo dentro de un rato y no te reconozco. Además de la
pérdida de la vista tengo un infarto cerebral crónico. Quiere decir que hubo
muerte de neuronas. Entonces esta muerte de neuronas me afectó los hemisferios
cerebrales donde la vista, el aparto óptico, manda las imágenes. Bueno, yo a eso
no lo tengo más completo. Ese es un inconveniente muy grande, porque también me
hace perder la memoria visual. Y perder aunque sea una parte de la memoria es
perder ya una parte del pensamiento. Aunque sea perder la memoria inmediata, la
antigua no. Yo me puedo acordar de muchísimas cosas viejas. Inclusive de
demasiadas cosas me acuerdo, debería acordarme de menos.
¿Cuántos libros
tiene publicados?
Hay 47 primeras ediciones, incluyendo algún folleto, y hay
40 reediciones de libros. Ochenta y siete veces me publicaron libros, y tengo 87
años. Y como he resuelto vivir hasta los 90 años me van a faltar 3 libros. Uno
ya está casi en camino, después de los otros dos me faltaría elegir uno, porque
el último libro que me gustaría reeditar es un libro que yo quiero mucho: se
llama ‘‘La pluma incesante''. Es decir: 90 años y 90 veces se habrán publicado
libros míos, y terminarlo con el libro ‘‘La pluma incesante'' sería muy
simbólico, me gustaría mucho hacerlo. Y ya te digo, como voy a vivir 3 años más,
eso está resuelto, en eso ya no hay problema...
¿Por qué dice eso? ¿Cómo
puede usted determinar que va a vivir 3 años más?
Lo he resuelto.
¿Y
qué va a hacer dentro de 3 años?
Voy a vivir como vivo. Voy a vivir como
vivo.
Pero, ¿por qué dice que va a morir dentro de 3 años?
Ah, yo digo
3 años como el límite de lo que yo he resuelto vivir. Pero si llego a los 90
años pido una prórroga (risas).
¿A quién se la pide?
Hay un ente que
nosotros no podemos definir, (nocierto) (sic). Puedo pedírsela al destino, puedo
pedírsela a Dios, por ejemplo; ése es el ente que no podemos definir. Dicen que
hace todas las cosas, pero parate con Dios, ¿no? Porque a mí me mandó un infarto
cerebral. Después, saco también en consecuencia que Dios no tiene memoria o no
lleva anotado nada, porque me mandó un infarto cerebral y después ahora último
me mandó un cáncer de próstata. ¿No vio en la libretita que ya era bastante?
Hubiera puesto: ‘‘Le mando un resfrío, le mando una tos...'', cualquier cosa.
Pero ¿por qué un cáncer? Si todo el que tiene cáncer, aunque sea de próstata,
muere de cáncer, (nocierto). Pero yo creo que a pesar de eso, con la ayuda de
los científicos actuales, 3 años más voy a vivir. Y si no vivo los 3 años más,
vengan y repréndame: ‘‘¡Incumplidor! ¡Traidor! ¡Traidor! ¡Usted nos ha engañado!
A ver, diga ahora ¿por qué nos ha engañado?''. Y yo no te voy a contestar nada
(risas).
Teóricamente, si usted quiere vivir 90 años, la prórroga la
tendría que pedir en el 2005.
Eso mismo, en el 2005 pediría una
prórroga.
¿Entonces le quedan 2 años?
¿ Dos años?
Estamos en el
2003.
Sí.
¿Qué día nació usted?
Yo nací el 17 de noviembre de 1915
(silencio). Así que 90 años sería en el 2005. Y bué, es un número hasta
simpático.
Orden cronológico de ediciones y reediciones
GASTON
GORI – FICHA BIBLIOGRAFICA
1940 – ANATOLE FRANCE…Ed. Porter Hnos. Bs. As.
Ensayo.
1941 – SOBRE LA TIERRA ENSANGRENTADA, Porter Hnos. Bs. As.
Ensayo.
1942 – MIENTRAS LLEGA LA AURORA, Porter Bs. As., poemas.
1943 –
VIDAS SIN RUMBO, Ed. Colmegna, Santa Fe, cuentos.
1945 – Y ADEMAS ERA PECOSO…
Ed. Castelví, Santa Fe, Cuentos.
1946 – SE RINDEN LOS NARDOS, Ed.
Espadalirio, Santa Fe, poemas.
1946 – INTERMEZZO DE LAS ROSAS, Ed. Colmegna,
Santa Fe, ensayo.
1947 – COLONIZACION SUIZA EN ARGENTINA, Ed. Colmegna,
ensayo histórico.
1947 – EL INDIO, EL CRIOLLO Y EL GRINGO, Ed. Dpto. Estudios
Etnográficos.
1948 – COLONIZACION, Estudio histórico y social. Ed. Colmegna,
Santa Fe, cuentos.
1949 – EL CAMINO DE LAS NUTRIAS, ED. Colmegna, Santa Fe,
cuentos.
1950 – HA PASADO LA NOSTALGIA, Ed. Colmegna, Santa Fe,
ensayos.
1951 – VAGOS Y MAL ENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa Fe,
ensayo.
1952 – LA PAMPA SIN GAUCHO, Ed. Raigal, Bs. As., ensayo.
1952 –
Segunda edición de ANATOLE FRANCE, Ed. Colmegna.
1952 – Segunda edición de Y
ADEMAS ERA PECOSO, _Ed, Colmegna.
1954 – FAMILIAS COLONIZADORAS DE SAN
CARLOS, Ed. Colmegna, historia.
1955 – Segunda edición de EL CAMINO DE LAS
NUTRIAS, Ed. El Litoral, Santa Fe.
1956 – LA MUERTE DE ANTONINI, Ed. Doble
P., Buenos Aires, novela.
1958 – EL PAN NUESTRO, Ed. Galatea – Nueva, Visión,
Bs. As., ensayo, social del campo.
1958 – EL DESIERTO TIENE DUEÑO, Ed. Doble
P. , Buenos Aires.
1958 – ANIBAL PONCE, Ed. I.R.C.A.U., Buenos Aires, ensayo
(folleto).
1958 – DIARIO DEL COLONIZADOR ENRIQUE VOLLENWEIDER, Ed.
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe.
1962 – EDUARDO WILDE, ED. Fondo
Municipal, Santa Fe, ensayo.
1964 – INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA,
Ed. Eudeba, Bs. As., ensayo.
1964 – Segunda edición de VAGOS Y
MALENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa Fe.
1965 – LA FORESTAL, tragedia del
quebracho colorado, Ed. Platina, Buenos Aires, ensayo.
1969 – ESPERANZA MADRE
DE COLONIAS, Ed. Museo de la Colonización, Santa Fe, ensayo.
1971 – Segunda
edición de INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA, Ed. Eudeba, Buenos
Aires.
1971 – LA NARRATIVA EN LAREGION DEL LITORAL, Ed. Museo de la
Colonización, Santa Fe, ensayo.
1972 – Tercera edición de Y ADEMAS ERA
PECOSO, Ed. Diagraf, Buenos Aires.
1972 – LA TIERRA AJENA, drama de la
juventud agraria. Ed. La Bastilla, Buenos Aires, ensayo.
1973 – FAMILIAS
FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA, Ed. El Colono, Esperanza.
1974 – Segunda
edición de “LA FORESTAL, tragedia del quebracho colorado”, editorial
“PROYECCION”, Buenos Aires.
1974 – Tercera edición de “VAGOS Y
MALENTRETENIDOS”, ed. “Alonso”, Buenos Aires.
1974 – Segunda edición de
“FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA”, Ed. Colmegna, Santa Fe.
1975 –
POEMAS EN LA TORMENTA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Poemas.
1976 – PALABRAS DE
REFUTACION GOZOSA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, relatos.
1976 – NICANOR Y LAS
AGUAS FURIOSAS, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Relatos.
1976 – PASE SEÑOR FANTASMA,
Editorial Tupambaé, Santa Fe, Cuentos.
[Recopilado hasta 1976 -
proximamente desde 1976 hasta nuestros días]
Hugo
Zingerling
www.esperanza.gov.ar
"¡Güelga nomá, chamigo!"
Por Osvaldo Bayer
Es una constante de hierro: la historia les
da la razón siempre a los luchadores de la dignidad, por más humildes que sean.
Y tal vez, por humildes, sus figuras se recortan en el tiempo con más claridad.
Sucedió allá por los años veinte. En la tierra del quebracho. A los hacheros se
les comenzó a prohibir los pañuelos rojos que, como costumbre, llevaban al
cuello, y las camisas rojas que vestían en el trabajo. Ese color acostumbrado en
los habitantes de la región no se podía usar más porque, según los serviles
empleados de la empresa inglesa La Forestal, era “comunista y anarquista”. La
policía privada de la empresa se encargaba de proceder: trabajador que llevaba
pañuelo rojo o camisa granate era obligado a desnudarse, le daban latigazos
hasta desvanecerlo y le prendían un cintillo azul y blanco y le hacían gritar
bien fuerte: ¡viva la Patria!
Todo esto en la Argentina de don Hipólito
Yrigoyen, elegido por el pueblo, que mandó al ejército argentino a reprimir al
gauchaje alzado que se había levantado al grito de “¡Oh, añá! ¡Güelga nomá,
chamigo!”, levantando el puño y con pocos rémingtons “Colí”, de caños y culatas
recortados, que les habían hecho llegar los anarquistas de Buenos Aires a través
de los marineros de los buques del Paraná. Fue una solidaridad épica. La huelga
reventó como una bomba de brazos alzados desde el Chaco santafesino, por el
Chaco, Formosa, hasta el mismo Puerto Infierno, y la parte santiagueña desde
Quimilí a Pampa de los Guanacos. Los obreros ferroviarios anarquistas pararon el
Central Norte Argentino y el Provincial de Santa Fe para impedir el movimiento
de tropas del 12 de Infantería, en el cual estaba el teniente Juan Domingo
Perón. Pero no sólo los ferroviarios sino también los marineros de la FORA
pararon las embarcaciones y las tripulaciones de los barcos extranjeros que
venían a recoger la sagrada madera roja de los quebrachales se negaron a
recibirla. Y los portuarios, con sus rostros arrugados de puro indios, escupían
a los crumiros traídos de otras latitudes que servían por un pan y un vaso de
vino a los señores británicos bajo el cielo impiadoso de un permanente sol
despiadado. Dos millones de hectáreas poseían los gentlemen de Londres.
(“¿Argentina? Oh, yes, yes, sí, sí, allá hablan portugués, buena carne”). Dos
millones de hectáreas, dos millones de hectáreas. Dos millones... de madera
noble, de madera dura como el hierro. Roja. Arbol tras árbol, de cien años de
crecimiento, caían para Su Majestad Británica, y desaparecían para los hijos de
la tierra.
Globalización de la injusticia, que se joda la negrada, son todos
borrachos, haraganes, analfabetos, sucios, no saben ni hablar castellano, se
maman. Metalen bala, nomás. En el mismo año, el 10 de Caballería fusilaba a los
peones patagónicos en defensa de los latifundios británicos.
Los curas se
metieron en sus templos a rezar y para agradecer la infinita bondad de Dios,
nuestro Señor. Mientras los hijos de la Tierra gritaban “Oh, añá, güelga nomá,
chamigo”. Pero la empresa británica no se anduvo con chicas, inmediatamente armó
su propia policía. El mismo modelo que en los años setenta emplearía uno de los
hombres más desdeñables de nuestra historia, López Rega: las tres A. Bajo el
nombre de Liga Patriótica Argentina (fundada en Buenos Aires por el Perito
Moreno, Monseñor D’Andrea, el acaudalado Manuel de Anchorena y Manuel Carles,
funcionario radical). La Forestal contrató a temibles criminales que traían de
la cárcel de Misiones y les puso sombreros cowboys que los obreros llamaban
“sombrero galpón” a los cuales les adosaban una escarapela patria. Y salían
a la búsqueda de obreros huelguistas para acribillarlos a balazos. La primera
víctima fue el dirigente anarcosindicalista Francisco Coronel, el más querido
por las peonadas y hacheros de Puerto del Infierno. Jamás ni el ejército ni la
policía molestó a los cuadros criminales de la Liga pagados por la empresa
extranjera. Al contrario, los protegieron para asegurar el éxito final. El
monumento final a tanta crueldad e ignominia fue el incendio del local de la
Federación Obrera y las viviendas de todos aquellos trabajadores que no se
sometieron. El últimoen resistir fue el gaucho Altamirano, que cayó en poder de
los bandidos de La Forestal, a quien no sólo lo curtieron a latigazos sino que
le prendieron fuego a su casita donde vivía con su mujer y numerosos hijos. Todo
en nombre de la libra esterlina. Pero el asesinato de obreros no fue lo más
terrible de esta injusticia que entristece esas zonas, vacías ya de nobles
bosques. En 1939, muchos años después de la huelga, el diputado Doldán
denunciaba la verdadera consecuencia del capitalismo ladrón. El diputado Doldán
denunciará en la Cámara de Diputados: “En el departamento Vera, sobre 4463
defunciones sólo 1533 enfermos tuvieron asistencia médica y cerca de 3000 no la
tuvieron.
Estudiando las cifras de la mortalidad infantil desde 1928 a 1938,
considerando los nacidos muertos y los fallecidos hasta los diez años de edad
inclusive, el 42,5 por ciento corresponde a niños. Pero la cifra es más abultada
porque muchas criaturas nacidas muertas o fallecidas poco después del parto no
son denunciadas al registro civil, lo que ocurre en los parajes más apartados y
boscosos. Y ahora viene otro párrafo que desbarata toda posible disculpa o
interpretación contraria: en el distrito de Garabato el 80,5 por ciento de los
fallecimientos corresponde a la juventud entre los once y los treinta y cinco
años”. No sólo se habían llevado nuestros árboles sino también nuestros niños.
Todo el mundo se calló la boca. A políticos, militares y a la Iglesia les
pareció todo lo más natural. Estoy en la Feria del Libro. He comenzado a
acariciar las tapas de un libro. Es La Forestal, de Gastón Gori, vuelto a editar
después de más de treinta años. El maestro Gastón Gori, conciso, justo,
valiente.
Pese a las represiones que sufrió en su vida de ochenta y cuatro
años, que continúa en su denuncia constante, ve que muy poco es lo que ha
cambiado.
Hace más de treinta años describía así el final de esta tragedia
griega que es La Forestal, síntesis desgarradora de lo que fue capaz el primer
mundo con las riquezas de las latitudes del sur. “La Forestal llegó, robó y se
fue; casas desocupadas y entre yuyales, en cuyos derrumbes, grietas y
descascaramientos trabajan el tiempo y las lluvias; viejas casillas despintadas
con sus chapas retorcidas y sin gente que las habite; ranchos caídos. Derruida
la antigua fábrica de tanino, la zona es la imagen del desaliento, es el saldo
de la evacuación de La Forestal. Altos yuyos en los antiguos clubes y cancha de
tenis de los altos funcionarios y en las explanadas de las playas donde
defendieran su vida obreros en trágicas horas y donde el sudor de varias
generaciones regara el suelo; yuyos en la vieja herrería, yuyos avanzando y
cubriendo los vestigios de instalaciones para un ferrocarril que ya no existe;
yuyos en los intersticios de puertas y ventanas de casas abandonadas. Rodeadas
de tristeza en las caras de niños que piden limosna.” Pero la memoria revive.
Este libro, La Forestal, de Gastón Gori, está de nuevo entre nosotros, testigo
de la infame historia de la explotación del hombre y de la riqueza de la
naturaleza. Ojalá los maestros enseñen a sus alumnos lo que ocurrió por los años
veinte en tierra argentina para que comprendan aquel “¡Oh, añá! ¡Güelga nomá,
chamigo!”, como el arma de la rebeldía contra nuestra tan actual humillación.
Gracias, viejo maestro Gastón Gori, el de las tierras de mi
niñez.
Pagina/12 , abril 1999
Introducción de las notas de
investigación sobre el auge y la decadencia de la compañía inglesa de tanino
La Forestal, publicadas entre mayo y agosto de 1969 en la Revista
Georama
Las ciudades fantasmas
Por Rodolfo
Walsh
Hacía diez años que el hombre faltaba del pueblo y sabía que la
fábrica se hallaba cerrada. Pero no le importó demasiado, porque sus intereses
estaban en otra parte y ya no era peón ni capataz. Así que visitó a sus amigos y
arregló sus asuntos sin pasar por la fábrica, hasta que una tarde sus pasos lo
llevaron, cruzó distraído un puente, atravesó el portón y dice que el silencio
lo hizo despertar. Hacía tiempo que el hombre no lloraba.
/
La chimenea
está allí: sesenta y cinco metros de ladrillo vertical en cuya punta supo
flamear, los días de festejo, la bandera inglesa. Pero ya nadie sube sus
peldaños oxidados. Las víboras fluyen por el canal de humo, asoman a los
derrumbes, se meten en las oficinas desiertas.
-Este mes matamos cuarenta
–dice Reinaldo Silva.
Las manos y los gestos del último empleado de La
Forestal, en Villa Ana, reconstruyen los tres pisos que faltan entre las paredes
con espesor de muralla, los huecos que fueron ventanas, las aserrineras
convertidas en fosos. Bosta de caballo cubre el piso que presumió de parqué, y
un retoño de ombú crece entre la invasora maleza amarilla.
Aquí se molía
el quebracho, los rollizos empujados por el gato hidráulico gemían y se
desintegraban contra las cuchillas de acero; aquí pasaba la cinta transportadora
por el aserrín que iba a cocimiento. Uno puede imaginar a los hombres
semidesnudos, cubiertos apenas por el chiripá, sudando entre nubes de vapor
junto a las baterías de difusores, las tinas y los vácum, cortando con el brazo
el chorro espeso y caliente que secaría tomando la forma de las bolsas, la
cortante dureza del quebracho y su color, antes de ser embarcado para curtir los
cueros y las pieles de medio mundo.
Pero es inútil. Las máquinas que
trituraron un bosque han desaparecido; mojarritas nadan en la pileta que
alimentó las baterías y sirvió de piscina a los gerentes; las calderas duermen
amontonadas como grandes elefantes muertos.
La fábrica de tanino de Villa
Ana no fue la primera, ni la última, ni la más importante entre las plantas de
La Forestal clausuradas en los últimos veinte años. Pero ninguna dejó un
testimonio tan impresionante de la caída de un imperio. A su alrededor, el
pueblo agoniza desde 1957. Sus nueve mil habitantes se redujeron a tres mil.
Diez mil hacheros de la zona emigraron o cayeron en primitivas formas de
subsistencia.
No quedan huellas de sus ranchos de paja, pero el pueblo
Forestal, que albergó a funcionarios y empleados, subsiste con sus casas de
ladrillos encalados en color crema, sus galerías de tirantes rojos, sus techos a
dos aguas. Cuatro de cada diez están hoy desocupadas, y una que ocupa media
manzana con jardín acaba de venderse en setenta mil pesos.
Sobre la
plaza, en una esquina, la puerta del único hotel permanece inexorablemente
cerrada. Nada se mueve bajo el abrasador sol de la siesta. Un potrero donde
pastan los caballos fue pista de aterrizaje; la cancha de golf donde se jugaron
torneos internacionales ha sido removida por el arado. "Aquí vino la reina de
Inglaterra", dice una voz que también parece ausente. Y ella misma
contesta:
-Vivimos de recuerdos.
De los recuerdos más bien se
muere, pero le voy a contar una cosa insignificante. No vale la pena que la
anote. Yo tenía nueve años y estaba muerto de sueño, esperando que empezara el
cine. Papá y mamá también, y todo el pueblo inquieto, porque era la época en que
se alzaron los hacheros. Hasta que entró el gerente y se apagaron las luces. El
cine empezaba cuando llegaba el gerente de La Forestal.
Fuente:
www.revistacontratiempo.com.ar
Transformación ecológica
y precariedad económica en una economía marginal. El Gran Chaco argentino,
1890-1950.
Por Adrián Zarrilli*
Trabajo
presentado al XXII International Congress of the Latin American Studies
Association, Miami, Florida. March 16-18, 2000)
*Univerisdad Nacional de
Quilmes, Universidad Nacional de La Plata y CONICET, Argentina
La
relación sociedad naturaleza
Existe una estrecha relación entre sociedad
y medio ambiente, ya que los mismos son respectivamente subsistemas conformados
del sistema global que se condicionan entre sí. Por consiguiente, el desarrollo
histórico de una sociedad depende en medida considerable de su base ecológica y
de sus recursos naturales, mientras que el tipo y grado de desarrollo afectan
directamente esa base ambiental. Por ello resulta prioritario para un análisis
bajo esta perspectiva, el reconocimiento exhaustivo de la base actual y
potencial de recursos naturales de una sociedad. Sin embargo, debe tenerse en
cuenta que la propia condición de "recurso" que se le atribuye a algún elemento
de la naturaleza depende del conocimiento empírico, tecnológico y científico,
tanto como de las prioridades sociales.
Los conocimientos científicos y
tecnológicos están dirigidos a reproducir el estilo de desarrollo a corto plazo.
La carencia básica es de análisis dinámicos, desde un punto de vista integral,
que permitan interpretar dos subsistemas, el social y el natural, y sus
interrelaciones. Un análisis integral tiene que incorporar las formas en que la
acción antrópica influye sobre los sistemas, el grado en que se modifican
algunos de sus atributos como estabilidad, elasticidad, etc, la comprobación de
daños, los niveles de artificialización, así como su capacidad de adaptación
ante los cambios de factores climáticos.
En ese sentido muchos de los
diagnósticos han eludido entrar a fondo en la interpretación de las
contradicciones sociedad-naturaleza que se dan en los modos de producción
predominantes en nuestro continente. Los enfoques que atribuyen el origen del
deterioro de la naturaleza al costo natural del progreso científico y
tecnológico encubren la utilización que determinadas fuerzas sociales están
haciendo de ella, estas consecuencias no son una fatalidad que esté implícita en
el propio progreso, sino el resultado de las formas de desarrollo impulsadas por
los sectores y grupos dominantes.
Aunque el hombre sea ,por lo general,
quien desencadena con nuevas acciones los cambios en la interacción
sociedad-naturaleza, en muchos casos son los cambios catastróficos o evolutivos
de la propia naturaleza los que determinan las modificaciones de la sociedad.
Sea que esta desencadene los cambios en las interacciones, o que no esté sino
reaccionando frente a cambios ambientales, las acciones sociales están de todas
maneras condicionadas cultural e históricamente por su experiencia,
conocimientos y percepciones acumuladas en cuanto a las acciones mutuas
hombre-naturaleza. Uno de los procesos formativos culturales más importantes es
precisamente la adquisición de una sabiduría ecológica empírica en relación con
las formas permisibles y tolerables de explotación de la naturaleza circundante,
de cuya reproducción depende la supervivencia de la población.
Nuestro
objetivo central es, entonces, el estudio de esta especialización de los
recursos primarios en una región y un momento histórico determinados. Su
transformación artificial, sus conflictos, grados de especialización, la
racionalidad, la interacción y el deterioro progresivo de los mismos. Pero,
primeramente, enunciaremos como abordaron la temática del medio ambiente las
versiones clásicas y las alternativas a ellas.
Cada modo histórico de
producción, cada sistema económico y social, ha combinado de manera específica
el trabajo humano, los saberes, los recursos naturales y los medios de
producción con el fin de producir (transformando y a la vez consumiendo recursos
naturales), distribuir y reproducir los bienes necesarios en cada momento
histórico para la vida. Es por ello que el objetivo esencial de la Historia
Ecológica se centra en el conocimiento de la lógica económica, de las normas
éticas y culturales propias de cada forma histórica de producción, ya que al
influir en las prácticas de los agentes sociales en relación al medio,
determinan el menor o el mayor grado de sostenibilidad de la producción. Dicho
en otros términos: cada formación social de producción, entendida en su dobre
vertiente de explotación del trabajo humano y de la naturtaleza, marca los
límites históricamente precisos a la eficiencia en el manejo de los
ecosistemas.
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los
recursos naturales y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de
incorporación de las tierras boscosas a la economía capitalista. Los recursos
ambientales han sido una condición, pero también una externalidad y un costo del
proceso de producción de ganancias y excedentes económicos. Dos cuestiones se
conjugaron en esta transformación: por una parte la valoración de la naturaleza,
por parte de los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los
recursos. Por otra parte, la crisis de realización del capital y la innovación
tecnológica que llevaron a reducir los ciclos de recomposición y revalorización
del capital, lo cual generó procesos de producción destructiva capaces de
multiplicar y acelerar la extracción de recursos no renovables, tal como ocurrió
con las explotaciones forestales argentinas y del Gran Chaco en particular.
Estas condiciones de reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones
productivos orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin considerar
las condiciones de conservación y regeneración de los recursos renovables,
induciendo procesos que han degradado la calidad ambiental y los niveles de
vida.
La riqueza forestal y el aprovechamiento de las maderas más
buscadas, se constituyó a mediados de la década de 1890, en el atractivo
económico más importante para la penetración en la zona del Gran Chaco
Argentino. Pero esta incorporación del territorio boscoso a la producción
capitalista no fue realizada con control estatal nacional o provincial, por el
contrario solamente hubo algunas normativas legales aisladas. Esta situación
permitió una explotación extractiva de carácter meramente coyuntural, sin
intentar siquiera la reproducción de las materias primas, con los consabidos
perjuicios socioeconómicos para la región.
La explotación de los ecosistemas del nordeste argentino resultó
totalmente contradictoria con las potencialidades naturales de regeneración del
bosque y poco o nada se investigaron las posibilidades de regeneración
artificial. Nuevamente es esta forma de explotación la que contrastaba con el
conservativo sistema pampeano. La expoliación se basó en la cómplice
indiferencia oficial: la política fue dejar hacer: el Estado hizo renuncia de su
poder de policía aun cuando las denuncias provinieran de sus propios delegados.
La política ambiental del período considerado en el presente proyecto,
puede ser caracterizada como de "inacción"; advirtiendo que durante todo este
lapso, se explotaron los bosques con un criterio "minero", es decir, puramente
extractivo, sin prever su reposición, lo que de hecho los transformó en un
recurso no renovable.
Sí como se dijo, la explotación forestal, no
mereció por parte del Estado mayor atención y control, el resultado directo se
dejo sentir sobre los bosques que fueron talados, empleando generalmente mano de
obra indígena o de zonas limítrofes, sin planificación económica alguna, llevada
adelante por particulares a quienes sólo preocupaba su lucro personal o
sectorial y que poco parece haber reinvertido en la región degradada. Desde la
legislación propuesta por el presidente Nicolás Avellaneda en 1879-80, base de
la ley de tierras de 1903 y del decreto del mismo año reglamentario de la
explotación de bosques y yerbales, no se adoptaron resoluciones significativas
hasta fines de los años 40. La destrucción de nuestros bosques, se vió
facilitada por el económico y fácil acceso a las vías férreas y marítimas en la
región subtropical y en el sur argentino. Mientras el fisco resultaba defraudado
por las explotaciones clandestinas, que eludían fácilmente el sistema caduco de
contralor puesto en práctica.
En este sentido la legislación forestal en
el orden nacional resultó escasa y poco precisa y su aplicación generalmente
ineficaz. Tales características se acentúan en el caso de la legislación
provincial, dirigida fundamentalmente a obtener recursos fiscales, descuidando
la preservación de los bosques y sus riquezas. En consecuencia, es factible
advertir el desamparo de la región que podría estar asociado tanto a la inacción
estatal cuanto a la ausencia de una burguesía local establecida.
Recién
en 1948 con el dictado de la ley Nº13273 de defensa, mejoramiento y ampliación
de bosques, se marca una ruptura en la comprensión del sistema de explotación
forestal argentino. El Estado Nacional comienza a interesarse por las cuestiones
referidas a la protección de los bosques, dando lugar a una legislación que
llenó el vacío legal al que se hizo alusión. Es recién en ese año cuando el
Poder Legislativo Nacional, emprenderá un estudio medular sobre el problema
forestal, nombrándose al efecto una Comisión Especial Maderera y de
Reforestación (de la cual participaron todos los sectores comprometidos directa
o indirectamente con la cuestión forestal), que llega a término con el dictado
de la ley, en el marco de una nueva orientación política y económica de la
Argentina.
El Gran Chaco Argentino:
En el nordeste argentino, la
región del Gran Chaco (Formosa, Chaco, Norte de Santa Fe, Santiago del Estero y
este de Tucumán y Salta) después de experimentar los resultados poco halagueños
de una economía ganadera criolla y el ciclo azucarero que ese extingue frente al
avance tucumano, ensaya –desde el último quinquenio del siglo XIX- la práctica
de la explotación de su riqueza forestal quebrachera (1). .
La subregión
este o Chaco santafesino es el área del quebracho colorado taninero por
excelencia, cercana a las vías fluviales, donde se instalan las más importantes
sociedades anónimas forestales de capital extranjero lideradas por "The Forestal
Land, Timber and Railways Co. Ltd" con sede en Londres y "Las Palmas del Chaco
Austral S.A.". Son ellas las que comercializan tanino y rollizos de quebracho
con destino al mercado externo
(fundamentalmente a Alemania, Gran
Bretaña, EEUU) desplegando actividades que procuraban ligar a la región –pero
esencialmente a los intereses que ellas mismas representan- con las metrópolis.
En la región el obraje fue el núcleo urbano-forestal por excelencia, el
que asegura la explotación de la riqueza boscosa; la cual una vez agotada deja
tras de si terreno arrasado que no se reforesta. Detrás de la depredación avanza
el ganado, la tierra se subdivide para formar medianas y pequeñas estancias con
una riqueza pecuaria que no puede competir con la ganadería litoraleña de alta
mestización a pesar de los sucesivos ensayos económicos practicados, dando
muestras de las complejas causas que el fenómeno encierra (2).
La
explotación del quebracho
La explotación del quebracho colorado es uno de
los más sólidos ejemplos históricos acerca de la explotación capitalista
extractiva de un recurso natural no renovable y de cómo este sistema expoliativo
genera importantes consecuencias negativas socioeconómicas.
La industria
del quebracho se estableció en la Argentina como consecuencia del descubrimiento
efectuado en 1850 por un grupo de técnicos curtidores franceses y alemanes, de
las bondades que ofrecía el tanante obtenido a partir del árbol de quebracho,
especie forestal muy difundida en lo que se conocía como Parque Chaqueño o Chaco
Austral, que comprendía el norte de la provincia de Santa Fe y las actuales
provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, este de Salta y de
Jujuy.
Ya desde las últimas décadas del siglo XIX comenzó a utilizarse la
madera de quebracho en el proceso de curtiembre, los hermanos Harteneck
utilizaron la madera de quebracho en su curtiembre de Pirfmansen, Alemania, y
basados en los resultados positivos, decidieron la explotación en Sudamérica. En
1880 comienza la explotación de rollizos de quebracho colorado para diversas
curtiembres nacionales, por medio de una aserrinera impulsada a
vapor.
Para 1890 se inaugura en nuestro país la industria del tanino, con
la instalación de la primera fábrica en Pehuajó, cerca del Empedrado
(Corrientes) por una sociedad alemana de Hamburgo, Herwig y Schmidt.
A
partir de ese momento empieza a gestarse lo que después sería The Forestal Land,
Timber and Railway Co. Ltd. Por un lado, los hermanos Harteneck, quienes estaban
estrechamente vinculados con dos firmas de Hamburgo (Herwig y Renner) instalan,
con la colaboración del Sr. Carlos Casado, una fábrica en Calchaquí en 1898. Por
otro lado, anteriormente la firma Portalis y Cía., que ya explotaba bosques,
construye, en 1895, una fábrica de tanino en Fives Ville. La industria del
tanino se expandía rápidamente a principios de siglo. Las exportaciones de
tanino y rollizo eran las siguientes:
Tanino (exportaciones en
toneladas):
1895 402
1900 5.957
1905
29.408
Rollizo (exportaciones en toneladas):
1895
172.949
1900 239.836
1905 285.587
Como
vemos, era mucho más importante la exportación del rollizo que la de extracto de
colorado. La primacía de la exportación de rollizo sobre el tanino recién se
altera en 1913, año en que cambia la relación a favor del tanino (3).
En
el marco de esta expansión, los directores de La Forestal del Chaco, deciden
aumentar el volumen de su producción, para lo cual deben realizar nuevas
inversiones de capital. En 1905 se entrevistaron con el Barón Emile de Erlanger
de la firma Emile de Erlanger y Cía. De Londres, que se dedicaban a financiar
empresas industriales en los países sudamericanos, a través del Banco Anglo
Sudamericano controlado por ellos.
El Barón Erlanger aprobó la propuesta
después de un estudio, y ya el 26 de marzo de 1905 se inscribe en el Registro
Público de Comercio de la ciudad de Londres la constitución de The Forestal Land
Timber and Railway Co. Ltd., con sede en Londres y con un capital de un millón
de libras esterlinas, dividido en acciones ordinarias y preferidas por partes
iguales. También se emiten 550.000 libras esterlinas en debentures con el 5% de
interés anual.
Aquí comienza lo que podemos llamar el primer período de
The Forestal, que se extiende hasta 1904. Durante 1902, las empresas Harteneck y
Cía. Y Portalis y Co., se fusionan en una misma empresa donde también participa
el Sr. Renner de la "Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und C.
Aktiengesellschaft" de Hamburgo. Alemania, que, ya anteriormente, comercializaba
producción de tanino y fabricaba el mismo en Europa.
La nueva empresa se
denomina Compañía Forestal del Chaco y pasó a ser la más importante productora
de tanino de quebracho en el orden mundial. Su directorio estaba integrado por
Carlos y Alberto Hartneck, Federico y Carlos Portalis, Víctor Negri, Brígido
Terán y otros, con un capital social de m$n 3.000.000.
Entonces, La
Forestal del Chaco posee: las fábricas de Calchaquí y Fives Ville, el F. C.
Florencia-Basail y otras redes, con material rodante, locomotoras y vagones,
edificios e instalaciones y el Puerto de Piracuá Miní, donde había almacenes,
depósitos, talleres, aserraderos, curtiembres, etc. Además incorpora la fábrica
de Empedrado, con 7.000 toneladas anuales de producción.
En el año 1903,
la Forestal del Chaco instala otra fábrica en Villa Guillermina; simultáneamente
construye un ramal férreo de Villa Guillermina al Puerto de Piracuacito sobre el
Paraná, con la finalidad de embarcar tanino.
En 1904 se funda en el país
La Argentina Quebracho Co., fundando como subsidiaria de la empresa
norteamericana New York Tanning Extract Co. Compró 278.477 has. De bosques.
Construyó una fábrica en Tartagal con capacidad de producción de 50 toneladas de
tanino anuales y 70.000 toneladas de rollizos que exportaba a Nueva York.
Empleaba 2.000 personas aproximadamente (4).
En 1904 la Cía. Industrial
del Chaco instala una planta en Tirol. En 1906 y continuando con su expansión,
la Forestal del Chaco monta una nueva fábrica en la Gallareta, provincia de
Santa Fe, con una capacidad de producción de 7.000 toneladas de tanino al
año.
Aquí se nos hace necesario introducir nuevos grupos que van a
confluir en lo que se llamará The Forestal, Land, Timber and Railway Co., más
tarde La Forestal Argentina.
El primero es el Sr. Cristóbal Murrieta
& Cía., con quienes, por ley del 22 de junio de 1872, el Gobierno Provincial
de Santa Fe contrató un empréstito, por intermedio de su apoderado en nuestro
país, el Sr. Lucas González. Este caso será explicado oportunamente. Asimismo,
es necesario agregar que Murrieta adquiere tierras en pago y luego las vende a
la Santa Fe Land Co., que luego es comprada por The Forestal en el año
1914.
The Forestal Land, Timber and Railway Co. Ltd.
La historia
comercial de la empresa que con los años sería conocida con el nombre genérico
de La Forestal, es la inmensa influencia en la industria taninera y en el
contexto social de las provincias del Chaco y Santa Fe.
Este es el
panorama general de la explotación del extracto de quebracho hasta alrededor de
1906. Los bienes y tierras de La Forestal del Chaco en la provincia de Santa Fe
fueron valuados en la suma de 764.072 libras esterlinas y los bienes y tierras
ubicados en el Chaco en la cantidad de 294.072 libras esterlinas, lo que hace un
total de 1.058.144 libras esterlinas (5) .
Según un memorándum de
constitución de The Forestal, la Cía. Forestal del Chaco (por acuerdo celebrado
en París) había convenido venderle "todas sus propiedades de toda clase,
ferrocarriles, concesiones, privilegios, edificios, plantel de talleres,
derechos, propiedades" por The Forestal.
Estos bienes
comprendían:
propiedades sobre--------------------------472.000 has.
Derechos de explotación sobre-----------197.000 has.
Total------------------------------------------669.000 has.
Propiedades
sobre---------------------------170 Km. De vías férreas
Sobre los bienes
inmuebles de la Cía. Forestal del Chaco, que pasaban a integrar el activo de The
Forestal, se constituyó una hipoteca a favor de Sir Robert Harvey y del Barón
Federico Alfredo de Erlanger como "fideicomisario de los bonos de la emisión de
quinientas cincuenta mil libras esterlinas" con que se aumentaba el capital de
la nueva compañía.
Al capital inicial de la Cía. Forestal del Chaco,
evaluado como vimos en 1.058.144 libras esterlinas, los financistas ingleses
aportan 550.000 libras esterlinas más, garantizadas con una hipoteca sobre los
bienes de la Cía Forestal del Chaco, con lo cual llegan a 1.628.264 libras
esterlinas; por medio de esto controlan su gestión.
El primer directorio
de la empresa se constituye el 16 de agosto de 1906 y está integrado por:
Presidente: Carlos E. Gunther (era también Director del Banco Anglo
Sudamericano, controlado por Erlanger y Presidente de la Cía. De Extracto de
Carne Liebig, o sea el frigorífico "Smithfield" y figuraban como directores el
Sr. Herbert Elman (que también era Director de la British and Foreing Marine
Insurance Co. Ldt), el Barón de Erlanger, H.M. Kersey D.S.O., banqueros, el Sr.
H. Renner (Director de la Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und Co.
Aktiengesellschaft, que ya pertenecía a la Cía. Forestal del Cahco); el Sr.
Harteneck y el Sr. Federico Portalis (6).
Las ventas de los productos
elaborados se realizaban a través de un agente alemán (Otto Bolms) de Hamburgo,
que actuaba en la Cía. Renner.
El libro de 50° Aniversario de La Forestal
nos explica claramente el cartel organizado en la producción local; dice
"En el momento de la transferencia existía entre los fabricantes de
extracto de quebracho un convenio para asegurar la colación de sus respectivos
productos, a precios razonables y evitar una competencia ruinosa. El control de
su convenio estaba en manos de la Cía. Forestal del Chaco, en su carácter de
principal productos y, por lo tanto, a su debido tiempo fue transferido a la
nueva empresa" (7). .
El período de expansión de La Forestal
En el
período comprendido entre 1906 y 1914, The Forestal expande sistemáticamente sus
dominios y organiza el mercado de tanino de quebracho, para lo cual ha heredado
de la Cía. Forestal del Chaco, un mecanismo de regulación de precios controlado
por ella misma.
Dicha expansión se produce en rápida progresión, quedando
en 1909 consolidado el monopolio al obtener el control de ventas de la empresa
Quebrachales Fusionados, su principal competidora (8).
Como ejemplo de
la operatoría empresarial de The Forestal tenemos caso de la absorción de la
Compañía de Santa Fe, que sirve de claro modelo de práctica monopolica.
Por ley del 22 de junio de 1872 el Gobierno Provincial contrató un
empréstito con la firma Murrieta y Cía. De Londres, cuyo apoderado en nuestro
país era el Sr. Lucas González.
Ocho años, más tarde, en septiembre de
1880, el Poder Ejecutivo Provincial, no habiendo podido saldar el empréstito,
manda a las Cámaras un proyecto de ley donde plantea saldar lo adeudado en estos
términos: por el artículo primero, la tercera parte de la deuda sería satisfecha
con bonos del Tesoro, que devengarían intereses. Con el objeto de acelerar la
amortización, estos bonos serían aceptados por el Estado Provincial en pago de
tierras públicas.
Se construye un ferrocarril que irá a atravesar las
tierras de The Santa Fe Land Co., cuya financiación no corre por cuenta de la
misma empresa, siendo ellos los beneficiados. Por el contrario, se emiten bonos
que son puestos en circulación, en los medios económicos de Santa Fe, además se
presta dinero a la provincia para que ésta pueda financiar el ferrocarril, pero
deberá devolver ese dinero más tarde a la propia empresa beneficiada por la
construcción, que por otra parte, hace también el negocio industrial ya que
construye el ferrocarril a través de una subsidiaria.
Compraron además
664 leguas cuadradas a $ 1.500 cada una en el mínimo permitido por la ley de
1880, Archivo del senado, tomo 22, actas 1880 (9) . . Murrieta y Cía pagó $
1.002.594 por 1.804.563 has., adquiridas a la provincia y vendió al año
siguiente, el 8 de agosto de 1884 a la Cía de tierras de Santa Fe, a razón de $
5.292 la legua cuadrada con un 250 % de ganancia (10).
La transferencia
de las tierras de Cristóbal Murrieta y Cía a la Santa Fe Co. Ltd., le significó
a la primera una ganancia de $ 2.402.407, equivalente al doble de la deuda
originaria de la Provincia con Murrieta.
Esta empresa subdividió una
parte del terreno adquirido en lo que dieron en llamar colonial (San Cristóbal,
Ñanducita, etc.) loteando extensiones variables que vendía a agricultores de la
misma provincia que estaban invirtiendo los capitales formados en años de tareas
campesinas.
Estos lotes se veían capitalizados por el paso del ya
mencionado ferrocarril. De esa forma la empresa financiera realizaba captando no
sólo el capital invertido más una ganacia, sino los capitales de agricultores
locales, generados en años de trabajo productivo. El servicio prestado era
sentar agricultores en zonas sin otra organización que el ferrocarril, que
algunos años más tarde terminaron comprando.
En el informe del Sr.
Marzoratti a la Secretaría de Industria señala:
"Asimismo, la nueva
empresa (The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd) recibió la concesión de
los rollizos destinado a la exportación como asimismo el extracto de quebracho
producido por la Santa Fe Land Co" (11). .
O sea que había relaciones
comerciales entre quien compraba rollizos y la Santa Fe Land Co. Y también entre
ésta y la Cía Forestal del Chaco, a la que vendía rollizos. Estas relaciones se
continúan con The Forestal, a la que vende toda su producción de rollizos, como
así también una pequeña cantidad de tanino que producía.
En 1914, treinta
años después de haberse constituido, la Santa Fe Land Co es comprada por The
Forestal.
La espera de estos treinta años, desde la fundación de The
Santa Fe Land Co. Hasta la venta de sus bienes a The Forestal, se debió a la
extensa ocupación de extensos lotes fiscales que, previo pago de los impuestos,
pasaron a su propiedad por la "ley de posesión treintañal", precisamente en
1914.
Superficie propiedad de La Forestal:
Santa Fe--------------------1.937.487 has
Chaco----------------------- 328.688 has
Total------------------------2.266.175 has
La producción de tanino es
ese período fue la siguiente:
1905 29.408
tons.
1910 53.251
tons.
1915 110.213 tons
En el año 1914 podemos
decir que comienza un nuevo período para la industria del extracto de quebracho
en nuestro país. Hasta la fecha de iniciación de la primera guerra, la política
comercial de la empresa es marcadamente expansionista mientras controla
completamente a su competencia y en parte la absorbe.
Con la guerra
sobreviene una momentánea dislocación en el funcionamiento de The Forestal, ya
que su aparato funcionaba en Hamburgo y su director en
Londres.
Marzoratti dice en su informe: "al frente de la misma se
encontraban funcionarios casi todos ellos de origen alemán" refiriéndose a la
organización de The Forestal en la Argentina. Con la guerra, la empresa se ve
obligada a organizar su propio aparato de ventas centralizado en Londres (12).
.
"Durante la guerra el gobierno Británico permitió que la Co. Retuviera
parte de su personal, ya que la industria del quebracho fue considerada como una
de las industrias clave para el esfuerzo de guerra por la causa aliada" (13).
.
A pesar del bloqueo de algunos países europeos, las ventas de extracto
se expanden sin parar, en la siguiente
progresión:
Año
Toneladas
1914 80.153
1915
110.213
1916 97.574
1917
90.777
1918 132.956
1919
139.667
1920 101.627
"En realidad puede
afirmarse que fue durante la iniciación del conflicto europeo de 1914 que se
produce el auge y la proliferación de instalación de fábricas de extracto de
Quebracho, la mayoría de las cuales se ubicaron en la zona del Chaco" (14). .
Hasta superaba en toneladas y en valores a la exportación de tanino. Si
tenemos en cuenta que casi toda la comercialización estaba controlada por The
Forestal y los rollizos eran industrializados por fábricas europeas y
norteamericanas, resalta el hecho de que precisamente se produce un auge de
fabricantes nacionales de tanino y se invierten las tendencias del mercado
internacional a favor del tanino contra el rollizo.
Ante el surgimiento
de diez fábricas de tanino, The Forestal abandonó su política comercial anterior
y adopta una nueva. En 1919, después de haber completado la organización de su
estructura de ventas, con sede en Londres, organiza con los productores
nacionales existentes en esa época, un cartel llamado "Pool de fabricantes de
extracto de quebracho" en base de financiaciones y adjudicándose, a cambio de
ello, el monopolio de ventas en los mercados internacionales.
El pool
estaba integrado por diez empresas y The Forestal cubría cerca del 55% de la
producción y se hacía cargo de toda la comercialización. El mismo se organizó en
1919 y duró hasta 1923.
Empresas que formaron el primer pool: Producción
ton/año
- La Forestal 100.000
- Quebrachales fusionados 18.000
-
Las Palmas del Chaco Austral 9.000
- La Formosa 9.000
- Campos y
Quebrachales, Pto. Sastre 9.000
- Carlos Casado Ltda. 9.000
- Puerto
Guaraní 7.500
- Puerto Galileo 5.000
- Atorrasagasti, Bargués, Piazza y
Cía. 8.000
- Argentine Timber & Estates Co. 2.500
Total
177.000
Condiciones generales del pool:
Art. 2: La Forestal
desempeñará el cargo de Agentes-Administradores-Vendedores
Art. 4: La
Forestal se obliga a recibir por parte del pool el 70% de la referida producción
máxima.
Art. 19: La Forestal entregará al fabricante 100 pesos oro sellado
por tonelada. En caso que las existencias en Buenos Aires superaran las 15.000
toneladas. La Forestal tendrá el derecho de suspender los pagos a que se refiere
este artículo hasta que bajen nuevamente a menos de 15.000 toneladas.
Art.
22: La Forestal no recibirá remuneración alguna por actuar como agentes
vendedores, salvo la que se refiere en el artículo 24.
Art. 24: Si en el año
calendario determinado el producto neto de las ventas del pool excedieran de
$100 oro sellado por tonelada de extracto entregado al pool, el 20% de tal
excedente corresponderá a La Forestal en retribución de sus servicios como
agentes vendedores. El 80% restante se redistribuirá entre los fabricantes en
proporción de su parte de producción total, es decir la cantidad efectivamente
entregada al pool.
Art. 26: Quedan nombrados como liquidadores del pool la
firma de Contadores Revisadores Señores Touche, Faller & Cía. (15).
Formación del 2° Pool 1926-1931 o "Convenio de Caballeros":
Como
consecuencia de la antedicha ley de Represión de Monopolios y la desaparición
del primer pool, se produce entre los productores una agresiva competencia de
precios, que significó un gran perjuicio a la economía nacional; el 1° de marzo
de 1926, La Forestal consiente en organizar un nuevo pool, esta vez llamado
"Convenio de Caballeros".
Los integrantes del referido Convenio fueron
los siguientes:
Firmas integrantes del Convenio: Producción
ton/año
La Forestal (incluyendo Fontana y Refinería Argentina)--------
164.210
Quebrachales
Fusionados---------------------------------------------25.656
Materias
colorantes----------------------------------------------------9.312
Nellen
& Turk----------------------------------------------------------6.684
Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía-------------------------------13.600
Carlos Casado
Ltda-----------------------------------------------------11.520
Campos y
Quebrachales Puerto Sastre-----------------------------11.400
Demetrio
Baranda-----------------------------------------------------11.000
Cía.
Forestal del Puerto Sastre---------------------------------------11.400
Las
Mercedes------------------------------------------------------------9.144
La
Chaqueña-------------------------------------------------------------7.872
Walter Hinckeldeyn-----------------------------------------------------5.952
Francia
Argentina-------------------------------------------------------7.592
Compañía Noruego Argentina----------------------------------------4.416
José
Femenía------------------------------------------------------------7.488
La
Formosa------------------------------------------------------------10.560
Total:---------------------------------------------------------------------317.806
Empresas
adheridas al Convenio:
- International Products
Corporation--------------------------------30.000
Empresas no integrantes
del Convenio (Outsiders)
Guillermo
Welbers--------------------------------------------------6.000
Enrique
Pfahl---------------------------------------------------------1.500
Otto
Franke (ex Argentine Timber & Estates)-----------------2.500
Las Palmas
del Chaco Austral-----------------------------------9.000
Total:--------------------------------------------------------------------19.000
Empresas
del Convenio: 317.806
Empresas adheridas al Convenio: 30.000
Empresas no
integrantes del Convenio: 19.000
Total: 366.806
Estos datos fueron
extraídos del informe Marzoratti.
Este "Convenio de Caballeros" tenía una
duración de tres años.
A fines de 1928, al encararse la renovación del
pool, se produce la novedad de que algunos de las fábricas anteriormente
nombradas han ampliado su producción hasta sobrepasar las 450.000 toneladas
totales. De todos modos, el Convenio se prolongó hasta 1931. Este pool, por
acuerdo, debió terminar el 31 de diciembre de 1931, pero, a causa de su política
de precios, que se consideró abusiva, se produjo una pronunciada disminución de
la demanda.
Esto trajo aparejada fuertes discrepancias entre sus
componentes, especialmente entre Quebrachales Fusionados y La Forestal. Como
consecuencia de esto, este segundo pool se disolvió prematuramente en el mes de
julio de 1931. La Forestal, en el momento de la ruptura, poseía alrededor de un
millón de toneladas de tanino correspondiente a stock no vendido procedente de
los fabricantes que integraban el pool fiscalizado por ella misma; luego, ante
esta situación, resolvieron producir lo que dieron en llamar "una purga a la
industria", declarando una significatividad baja en el precio de venta del
producto.
En esta fecha, 1931, The Foerastal Land, Timber and Railway Co.
Ltd., agrupándose con Fontana Ltda., y con D. Baranda Ltda., constituye La
Forestal Argentina Sociedad Anónima Industrial, Comercial y Agropecuaria, a
quien en adelante llamaremos La Forestal.
"La superficie de las tierras
comprendidas en la operación era de 721.561 has. En Santa Fe y 467.937 en el
Chaco, totalizando 1.189.498 has. Estas cifras evidencian que La Forestal había
vendido y entregado ya en ésta época cerca de 1.200.000 has., prácticamente la
mitad de los terrenos que poseía a fines de 1914 (16)" ". Extraído de
"publicación de La Forestal.
La Forestal empieza a desprenderse de sus
tierras.
A partir de este momento sólo se construyen cuatro fábricas más:
La Verde en 1939, Monte Quemado en 1941, Santiago del estero en 1942 y, en el
mismo año, Vinalito Yuto (Jujuy).
En 1932, La Forestal empieza a comprar
acciones de Quebrachales Fusionados y en 1964 adquiere la mayoría del paquete
accionario, eliminando así su mayor competidor.
A partir de entonces
comienza un nuevo período en la industria taninera nacional, que podríamos
caracterizar como de transición a la decadencia. Al año 1943, ya habían cerrado
las plantas de Colonia Benítez (1932), Reconquista (1941) y Puerto Bermejo
(1943).
En 1937 se forma el tercer pool hasta que en 1945 La Forestal
deja de controlar la producción taninera. Entre los años 1946 y 1947, a causa de
la segunda guerra mundial, se produce un nuevo auge de las exportaciones de
extracto de quebracho, pero finalizado esto, ya se inicia un último proceso, que
llega hasta nuestros días, produciéndose el cierre masivo de plantas productoras
de tanino.
Entre 1930 y 1940, la situación, en lo que hace a la
distribución geográfica de la industria, era la siguiente:
República
Argentina:
Pcia del Chaco: 16
fábricas
Pcia de Santa Fe: 8
Pcia de Santiago del Estero: 2
Pcia de
Formosa: 2
Pcia de Jujuy: 1
Pcia de Corrientes: 1
República del
Paraguay:
Puerto Sastre: 1
Puerto Casado: 1
Puerto Guaraní: 1
Puerto
Pinasco: 1
En esa distribución, la participación de las distintas
provincias argentinas, en el porcentaje de establecimientos que cada una tenía
con respecto al total del país, era la siguiente:
Pcia del Chaco:
53,4%
Pcia de Santa Fe: 26,6%
Pcia de Santiago del Estero: 6,7%
Pcia de
Formosa: 6,7%
Pcia de Jujuy: 3,3%
Pcia de Corrientes: 3,3%
De esta
forma, las fábricas argentinas, en número de treinta, representaban el 89,3% del
total de plantas productoras de extracto de quebracho en el mundo,
correspondiéndole a Paraguay, con cuatro establecimientos el
10,7%.
Surgen entonces con claridad tres períodos de instalaciones de
fábricas: el primero es el del comienzo de la actividad industrial, o sea hasta
1909, el segundo comienza prácticamente con la primera guerra mundial (1915) y
se extiende hasta 1925 y el tercero coincide con la segunda guerra mundial, 1939
a 1942; en ese año, 1942, se instala la última fábrica.
Asimismo se
observan dos períodos de cierre: el primero va desde 1922 hasta 1934 y el
segundo desde 1950 a 1962, que se continúa en forma sistemática.
Se puede
señalar, asimismo, que el segundo período de cierre coincide con la implantación
de un llamado plan de racionalización, tendiente a disminuir la capacidad del
extracto de quebracho argentino, lo que se ejecuta a través del cierre de las
propias fábricas de La Forestal y de otras, produciéndose el desmantelamiento de
las mismas. En ese mismo período se aumentan las plantaciones de mimosa y se
ponen en funcionamiento nuevas plantas de extracto de la misma, culminando esta
situación con un acuerdo monopolístico de precios, que resulta ser más elevado
de la historia y facilita, de esta manera, el afianzamiento de las fábricas
elaboradas de extracto de mimosa. Esto último se lleva a cabo entre los años
1951 y 1956.
La Forestal, evidentemente, no tenía interés en el
desarrollo de la competencia y en la posible perturbación de su acción
monopólica, explicando esto en muchos casos, la compra de establecimientos, de
paquetes accionarios, etc.
Por otra parte, teniendo en cuenta que muchas
fábricas casi no trabajaron, se desprende que algunas de ellas se instalaban
para luego ser vendidas y otras no disponían de la materia prima necesaria o,
simplemente, no habían estudiado los proyectos a fondo (17). .
La
existencia de los cupos de producción no siempre se utilizó con sano criterio y
se observan frecuentes casos de cierres de fábricas con transferencia de
cupos.
La mayor parte de los bosques chaqueños fueron aprovechados
mediante el otorgamiento de concesiones, sin tomar en cuenta el valor real de la
madera en pie o lo que costaría reponer los bosques explotados. Generalmente las
cláusulas sobre regeneración del bosque cuando existieron no fueron respetadas.
Además la desaparición de grandes extensiones boscosas provoca daños visibles al
medio ambiente y otras alteraciones no menos importantes pero más difíciles de
evaluar. Entre las promeras tenemos: erosión, formación de dunas,
desertificación, avalanchas, embancamiento de ríos, extinción de especies. Entre
las segundas: cambios climáticos y aumento del dióxido de carbono. (18).
Conclusiones
Las inversiones nacionales trascienden la frontera y
expanden la explotación forestal al Chaco paraguayo. Sus beneficios y capitales
invertidos están a salvo, los de las economías marginales no; porque la
reinversión allí no se produce. La ausencia de una burguesóa local con
asentamiento en la región deja un lugar vacante en estos territorios nacionales
y provinciales que los sectores más influyentes de la economía metropolitana y
de la región pampeana. A pesar de no ser el Nordeste argentino una región
aislada –ya que cuenta con los rieles de tres compañías ferroviarias y una
adecuada red fluvial- su marginalidad se mantiene. Razones políticas y
socioeconómicas explican una situación de desequilibrio interregional que,
paradójicamente, alimenta la permanencia, fortalecimiento y hegemonía de la
elite dirigente de base agroexportadora que da sustento a la Argentina
Moderna
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos
naturales y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de
incorporación de las tierras boscosas a la economía capitalista. Los recursos
ambientales han sido una condición, pero también una externalidad y un costo del
proceso de producción de ganancias y excedentes económicos. Dos cuestiones se
conjugaron en esta transformación: por una parte la valoración de la naturaleza,
por parte de los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los
recursos. Por otra parte, la crisis de realización del capital y la innovación
tecnológica que llevaron a reducir los ciclos de recomposición y revalorización
del capital, lo cual generó procesos de producción destructiva capaces de
multiplicar y acelerar la extracción de recursos no renovables, tal como ocurrió
con las explotaciones forestales argentinas y del Gran Chaco en particular.
Estas condiciones de reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones
productivos orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin considerar
las condiciones de conservación y regeneración de los recursos renovables,
induciendo procesos que han degradado la calidad ambiental y los niveles de
vida.
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el
desajuste entre las formas y ritmos de extracción, explotación y transformación
de los recursos naturales y las condiciones ecológicas para su conservación,
regeneración y aprovechamiento sustentable. La aceleración en los ritmos de
rotación del capital y en la capitalización de la renta del suelo para maximizar
las ganancias o los excedentes económicos en el corto plazo pudieron ser
causales que generaron una creciente presión sobre el medio ambiente. Esta
racionalidad económica aparecer asociada con patrones tecnológicos que tienden a
uniformar la explotación y a reducir la biodiversibilidad.
La sociedad
humana conforma su medio ambiente, pero al mismo tiempo su supervivencia y
desarrollo exigen la explotación del mismo. Se encuentra así en una situación de
juez y parte con respecto a la naturaleza, ya que la explotación del medio
ambiente interfiere con los ciclos ecológicos mencionados anteriormente. Estas
interferencias pueden ser asimiladas por los ecosistemas, ya que éstos gracias a
su heterogeneidad y complejidad, poseen una capacidad relativamente amplia de
"absorción de interferencias", de regeneración y autorreproducción. Pero si
exceden ciertos límites, la intensidad o persistencia de la interferencia pueden
llegar a desorganizar los ciclos regeneradores y reproductivos de los
ecosistemas, a tal punto de producir un colapso ecológico, exigiendo los
consiguientes reajustes sociales. En este sentido, es posible considerar a esas
interferencias, sus grados de intensidad y sus reajustes sociales, como medios
aptos para conocer la situación y evolución de las regiones forestales
nacionales y particularmente en el llamado Gran Chaco.
Notas
1.
BORRINI, Héctor. "La industria a fines del siglo XIX en el Territorio Nacional
del Chaco". En: Octavo Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina". Bs
As, 1988.; GIRBAL-BLACHA, Noemí. "Reflexiones sobre la historia rural y la
situación agraria de las economías extrapampeanas. El caso del Gran Chaco
Argentino y la explotación forestal (1895-1930)". En: BJERG, M. y REGUERA, A.
Problemas de historia agraria. Tandil, UNCPA, 1995, p. 272.
2. GIRBAL-BLACHA,
Noemí. "Reflexiones sobre...op.cit. p.273.
3. CONSEJO FEDERAL DE INVERSIONES
(1973). Diagnóstico sobre fabricación de resinas fenólicas. Provincia del Chaco.
Bs As, Serie Técnica 22, p.23
4. Idem, p.24
5. Idem, p.28
6. Monitor de
Sociedades Anónimas, 1906
7. La Forestal al Servicio de la Grandeza
Argentina. p.7
Período 1906-1914- Expansión de The Forestal.
1906- Recibe
la concesión de los rollizos destinados a la exportación y del extracto de
quebracho producido por la Santa Fe Land Co.
1907- El Directorio de The
Forestal decide construir su propia flota fluvial.
1908- Compra la totalidad
del paquete accionario de la Cía. El Tanino, elaboración de extracto de
quebracho, con fábrica en El Mocoví.
1909- Toma el control de ventas de su
principal competidora: la Cía Quebrachales Fusionados, consolidando el
monopolio.
1909- Se hace cargo de la colocación en el exterior de la
producción de Carlos Casado Ltda y de Puerto Galileo, empresas
paraguayas.
1909- Compra en su totalidad la Cía Argentina de Lanchas.
1910- Compra el Ferrocarril Ocampo. Ya en esta fecha posee 26.000 cabezas de
ganado en sus tierras.
1913- Compra las tierras de la Santa Fe Land Co.
(1).
1913- Compra la Cía de Tanino de Santa Fe con las propiedades ganaderas
de San Cristóbal, las Cuñas y Barrancosa, 95 Km. De ferrocarril y otros
bienes.
1913- Compra la Argentine Quebracho Co. Con fábrica en
Tartagal.
8. Empréstito de Cristóbal Murrieta y Cía:
9. Idem P.100
10.
Consejo Federal de Inversiones...op. cit, p.28-29
11. informe del Sr.
Marzoratti a la Secretaría de Industria y Minería (expediente N° 20003/59 del 2
de enero de 1959, p.33
12. Informe Marzoratti, pág. 35
13. Idem.
14.
Informe Marzoratti, pág. 36.
15. Consejo Federal de
Inversiones...op.cit.p.33
16. La Forestal al servicio de la grandeza
Argentina",, p.112
17. Consejo Federal de Inversiones...
Diagnóstico...34
18. SALCEDO, S. y LEYTON, I. "El sector forestal
latinoamericano". En: SUNKEL, O. y GIGLIO, N. Estilos de desarrollo y medio
ambiente en la América Latina. México, FCE, 1980,
p.454.
http://revista-theomai.unq.edu.ar/numero1/artzarrilli1.htm
LAS ECONOMÍAS
REGIONALES ARGENTINAS Y LA GLOBALIZACIÓN. EL CASO DE SANTIAGO DEL ESTERO Y
LA EXPLOTACIÓN DEL QUEBRACHO COLORADO
Por Raul
Dargoltz - rauldarg@arnet.com.ar
Aportado por: Revista Trabajo y
Sociedad, Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en
sociedades segmentadas - www.geocities.com/trabajoysociedad
El actual
modelo económico y productivo triunfante en el mundo, que ha permitido las
grandes desigualdades sociales entre los países ricos o desarrollados y los
pobres o subdesarrollados se basa fundamentalmente en una constante necesidad de
crecimiento cuantitativo. Y es en este crecimiento donde se encuentra la clave
del beneficio y por consecuencia de la acumulación del capital y de la
concentración de la riqueza de las transnacionales, que son los verdaderos amos
del mundo”.
El fenómeno integrador (si es válido llamarlo de esta forma)
se apoya en los convenios de libre producción de las grandes corporaciones
multinacionales. Ellas se adelantaron a los gobiernos y cada vez tienen una
mayor participación en un mundo sin fronteras. Para dar sólo una pauta del poder
alcanzado por las transnacionales digamos que las ventas realizadas por las
37.000 Empresas Transnacionales (ETS) existentes actualmente frente a las 7.000
que se registraban en 1970 colocaron productos entre sí en sus mercados
domésticos por casi seis billones de dólares. Muy por encima de los cuatro
billones que el mundo negoció en mercaderías y servicios durante 1992. (World
Investiment report 1993,Unctad).
Las ETS gastan más que los países
líderes en la investigación y desarrollo de tecnologías. El gasto combinado de
las diez más grandes transnacionales de los Estados Unidos, por ejemplo
sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino Unido. Este poder de la ETS
es uno de los rasgos distintivos de la actual situación de la economía mundial.,
de la denominada “globalización de los mercados”.
Y en este mercado
globalizado es necesario producir mucho y consumir otro tanto, pues es la única
forma de mantener en funcionamiento los engranajes del sistema. Y en esa lógica
del “crecimiento al máximo”se ignora totalmente las consecuencias internas(de
desequilibrios económicos, sociales y políticos) y externas( de agotamiento de
los recursos naturales y humanos y el impacto sobre el medio ambiente).
La producción y el consumo son dos polos que se encadenan y constituyen
la médula central de la acumulación y el beneficio de estos “nuevos amos del
mundo” que por supuesto carecen totalmente de corazón y de sentimientos. Es
ilustrativo señalar que "...desde 1900 la población del planeta ha venido
aumentando hasta triplicarse con creces. La Economía se ha multiplicado por
veinte. El consumo de combustibles fósiles es hoy treinta veces mayor que
entonces, y ha sido cincuenta el factor de incremento de la producción
industrial. Cuatro quintas partes de este incremento han ocurrido desde 1950”.
Este crecimiento ha generado un denominado “Nuevo Orden
Internacional”que oculta cada día mayor desigualdad económica y social y ha
acentuado la condición de pobreza de casi el 70% del planeta donde viven
millones de marginados que fueron arrojados de este mundo informático y de la
era de la gran revolución tecnológica.
Esta desigualdad se manifiesta
sobretodo en la Periferia, donde queda cada vez más claro que el
“subdesarrollo”no es un estadio del “desarrollo”, sino que es producto del
“desarrollo del centro”. Son dos caras de la misma moneda, pues el libre mercado
es un sistema que produce y reproduce desigualdad mundial. Esta supuesta
“libertad de los mercados”que los países ricos imponen como política a los
pobres mientras que ellos ejercen cada vez más un feroz proteccionismo, no
funciona para proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no agudizar
el efecto invernadero.
Y esta economía mundial que nos imponen ha creído
escapar a las leyes de la naturaleza y oculta que la riqueza del Centro es pura
ilusión, pues desde la revolución industrial el modelo productivo ha estado
convirtiendo “capital ecológico en capital económico”.
Pero seríamos
ciegos si no advertimos como este sistema económico funciona como un sistema
abierto al medio ambiente, pues utiliza recursos naturales y produce desechos y
es en este sentido que coincido con Daly sobre la diferencia que existe entre
“CRECIMIENTO” Y “DESARROLLO”. Crecimiento sería el aumento cuantitativo a escala
física, mientras que desarrollo sería la mejora cualitativa.
Por ejemplo
un ecosistema puede desarrollarse sin crecer y totalmente lo contrario el actual
sistema económico que necesita crecer a toda costa, sin que ello implique el
desarrollo de sus partes. Pareciera, en una especie de espejismo, que la
economía ha podido funcionar al margen de la naturaleza. Pero ésta es frágil,
sabia y finita y condicionará en un futuro (lo está haciendo ahora) el
despliegue del modelo productivo.
Por ahora afecta este modelo económico
a la Periferia (la sequía del Sahel y de Somalía, la desaparición de los bosques
tropicales y del Amazonia; la extensión del cólera en Latinoamérica facilitado
por la insalubridad de las aguas; etc.), pero cada vez más los estudios que han
ido apareciendo a partir de los primeros años de la década del setenta, desde
Instituciones que pertenecen al propio sistema, remarcan la inviabilidad del
crecimiento tal como se plantea.
Los daños irreparables al entorno medio
ambiental son de tal magnitud que el último informe del Club de Roma alerta
acerca de que:”El tiempo se está acabando, y algunos problemas ha alcanzado ya
una magnitud que impide abordarlos con éxito”.
Los santiagueños somos
conscientes que lamentablemente el tiempo se esta acabando y los bosques y los
hombres que perdimos son irrecuperables. pero aun nos queda muchas cosas por
conservar todavía.
Santiago del Estero y
el NOA: Antecedentes históricos
La historia de América Latina es la
historia de la destrucción de sus recursos naturales. Desde la conquista y
colonización hasta nuestros días fue la región de las venas abiertas al decir de
E. Galeano.
Santiago del Estero, la vieja ciudad del Barco, no escapó a
este destino trágico. Su historia es la crónica de un largo proceso de
empobrecimiento. De madre de ciudades, la provincia más antigua y de donde
salieron las principales expediciones fundadores de la mayoría de las ciudades
más importantes del país, hoy es una provincia estancada, destruida y con uno de
los mayores índices de pobreza.
Más aún no sólo perdió su peso económico
y político, sino que también fue descapitalizándose humanamente, producido por
la erosión inmigratoria hacia las zonas industrializadas del país, donde
viven cerca de la mitad de sus hijos.
El Noroeste, el Centro, Cuyo y el
Litoral constituyeron las regiones que integraron la realidad económica y social
vigente en el actual territorio argentino durante los siglos XVI hasta fines del
siglo XVIII. No había una economía nacional por la inexistencia de un
mercado con un intercambio considerable de capitales, mano de obra y
mercancías entre las distintas regiones. Existía un marcado equilibrio entre
estas "economías regionales de subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer,
en la primera etapa de iniciación de la actividad económica en nuestro
territorio. (1)
Entre estas regiones, la del Noroeste abarcaba a
las actuales provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y
Tucumán y fue durante toda la época colonial la de mayor importancia
relativa dentro del territorio argentino, debido fundamentalmente a su cercanía
al centro minero de Potosí. La población de la región representaba el 40% del
total y tenía la mayor producción, teniendo en cuenta la especialización en
el rubro textil.
La llamada "ropa del Tucumán", elaborada del algodón
cultivado en las provincias norteñas, sobretodo en Santiago del
Estero, fue artículo de alto valor comercial y también motivo de lucro
y explotación de la mano de obra indígena y fue exportada a Potosí y al
Virreinato del Perú donde se necesitaba ropa de trabajo para la numerosa
población minera.
El algodón fue el oro y la plata que carecía la región
y fue utilizado en un comienzo para el hilado de la ropa, para luego convertirse
en un excelente factor de comercio y de intercambio, muy solicitado por la
población, usándolo como moneda. Hasta el salario del gobernador se pagaba de
esta forma.
Los tejidos de algodón del Noroeste fueron los productos de
intercambio comercial que dieron origen al comercio internacional argentino. El
obispo Victoria, inauguró el intercambio comercial con el extranjero al enviar
estos productos, por el puerto de Buenos Aires vía Brasil, un 2 de
septiembre de 1587, fecha instituida por ese motivo como el Ida de la Industria
Nacional.
La región del Noroeste gozaba de relativa prosperidad y
buscaba su evolución, al igual que todo el interior, hacia formas
artesanales de producción vinculadas al mercado interregional.
El
litoral fue durante la Colonia el área más atrasada y menos poblada del
territorio argentino. A mediados del siglo XVIII su población ascendía a sólo
50. 000 habitantes que vivían en una área marginada dentro del orden colonial.
Recordemos que Buenos Aires estaba con su puerto cerrado por
disposiciones virreinales gracias a las cuales se había logrado proteger a las
industrias del interior contra los productos ingleses competitivos. De allí
que estas florecieran convirtiéndose en el principal fundamento económico del
interior argentino.
Pero la derrota sufrida por la tendencia
revolucionaria morenista y el pase del control gubernativo a manos del
grupo comercial porteño abrieron el puerto de Buenos Aires a un
librecambismo que enriqueció a la "pandilla del Barranco", nombre por el
que se conocía a las clases comerciales del puerto de Buenos Aires hábiles
para todo tipo de contrabando. Por el contrario esta política aperturista iba a
empobrecer al interior del país.
Y entonces, diezmadas por las guerras
de la independencia donde lucharon sus hijos con valor, arruinadas por las
mercaderías europeas que destruyeron sus artesanías, usurpadas sus rentas por
Buenos Aires, las provincias argentinas se hicieron pobres.
Aparecieron
los caudillos, viejos generales de la independencia, Pancho Ramírez, Ibarra,
Felipe Varela, Bustos, Artigas, Güemes, entre otros que al mando de sus
tropas irregulares defendieron como podían las autonomías provinciales
resistiendo a la política centralista ordenada desde el puerto de Buenos
Aires en manos de los estancieros del Plata y los comerciantes porteños.
La guerra civil fue inevitable. Era Buenos Aires y su política
librecambista que creaba la "barbarie" provincial al impulsar con esta política
el separatismo.
La metrópoli ya no iba a ser Buenos Aires sino Londres.
El comercio porteño pasa a ser simplemente un agente comprador y exportador y el
interior una colonia.
Proteccionismo y librecambio: un debate
actual
La máxima de Lord Gobden: Inglaterra sera el taller del mundo
y la América hispana la granja de Inglaterra se hizo realidad con la
fragmentación de América Latina bajo los intereses económicos regionales y
la ayuda del colonialismo inglés.
De este modo se frustraron las
posibilidades de desarrollo y el país quedó limitado a producir los productos
requeridos por la industria europea. Y en el interior empobrecido, aislado
totalmente, surgía también un patriciado local que malvendió
irremediablemente sus mejores tierras que fueron a parar en las manos de la
oligarquía terrateniente y vacuna del puerto de Buenos Aires ligada al
extranjero.
De esta forma las oligarquías provinciales remitían a Buenos
Aires los capitales provinciales sin dejar ninguna compensación productiva.
Y para esa dominación los ingleses y en menor medida sus aliados
franceses y europeos, tuvieron un arma fundamental: la famosa libertad de
comercio. O para emplear un lenguaje moderno tan conocido, la famosa "apertura
de los mercados".
Como vemos no es un concepto nuevo. No hay una
política "neoliberal". Es la vieja política del librecambio "hacia afuera" de
sus fronteras y colonias y proteccionismo "hacia adentro".
Los "hábiles
industrialistas", como los llamaron Agüero, representante de los
comerciantes españoles y Yañiz, síndico del Cabildo, en el famoso debate de
1809 sobre la apertura del puerto de Buenos Aires, aliados a los ganaderos y
comerciantes del puerto de Buenos Aires fueron los responsables de la
destrucción de las artesanías del interior.
Destruidas las artesanías del interior por el triunfo de la
política del puerto de Buenos Aires e incorporado el país al modelo agro-
exportador obliga a la provincia a sobrevivir con las nuevas condiciones
impuestas por las oligarquías locales y el capital británico.
A
comienzos del siglo XIX en Santiago del Estero existieron molinos harineros,
atahonas a tracción animal, que aprovechaban la excelente cosecha agrícola de la
zona de regadío del Río Dulce. El trigo de Santiago del Estero se exportaba a
Córdoba y a Tucumán en largas filas de carretas construidas también en la
provincia aprovechando sus tupidos bosques. Esta incipiente industria
servía, sobretodo, para sostener una economía de subsistencia.
En
el último tercio del siglo XIX es importante destacar el intento industrialista
del francés Pedro San Germes que inaugura un gran ingenio azucarero en Santiago
del Estero, en el año 1879, el Contreras, al que le suceden una docena de
establecimientos del mismo tipo. (2)
Se trataba de capitales locales o cuyos
titulares residían en la provincia, que importaron modernas maquinarias de
Francia para moler la caña y producir la mejor azúcar del país. El ejemplo
del francés San Germes estimuló a los agricultores la plantación de materia
prima propia en la tradicional zona de riego del Dulce(Capital, Banda y Robles).
Pero la alianza o tela de araña trágica entre los capitales azucareros
tucumanos, el ferrocarril inglés y posteriormente el francés, La Forestal del
Chaco y la Banca E. Tornsquist que se unieron, entre otras cosas, para extraer y
desarrollar la producción azucarera de Tucumán terminó por arruinar la
embrionaria industria azucarera santiagueña.
El ferrocarril de
Buenos Aires y Rosario llegó directamente a Tucumán, corazón del azúcar,
aislando los viejos pueblos de Santiago del Estero y a la capital, la madre de
ciudades. Los ingenios azucareros santiagueños, peligrosos competidores de
los tucumanos, del otro lado del Dulce, del trazado ferroviario inglés, no
pudieron colocar su excelente producción y el francés San Germes, el más grande
industrial de la provincia, tal como lo había nominado el pueblo, se suicida
arrojándose al trapiche de su propio establecimiento.
Fue el comienzo
del fin de esta industria que tantas expectativas había generado y el
meritorio intento de los industriales santiagueños de insertarse a la economía
nacional a través de una de las pocas actividades agro- industriales protegidas
del interior y orientadas al mercado nacional.
Los países
industrializados habían ya resuelto que Santiago del Estero iba a convertirse en
el principal proveedor de las maderas duras para el trazado ferroviario y
para los postes que iban a alambrar las grandes estancias de la pampa húmeda,
proveedoras de la carne y los cereales que el mercado europeo necesitaba.
La mesopotamia santiagueña, enmarcada por los ríos Dulce y Salado, base
territorial tradicional del poblamiento y de la economía provincial,
constituida por las tierras del regadío del centro oeste, zona donde se
erigieron los modernos establecimientos azucareros, ya no sería el
escenario del principal factor dinamizador y de articulación con el sistema
agro-exportador.
Por el contrario una región totalmente desconocida,
ignorada del territorio provincial, el Chaco santiagueño, lugar al que sólo
osaba ingresar el indígena, y el mielero, sería la elegida para que Santiago del
Estero cumpliera un rol decisivo y muchas veces olvidado, en la economía
nacional. Allí estaba el "bosque sin fin", interminable, donde reinaba
majestuoso el quebracho colorado, el príncipe de las especies, cuya madera era
inalterable a la acción del fuego y a la humedad.
Y fue entonces que
comenzó casi de imprevisto, la gran devastación forestal de casi 11.000.000
de Hectáreas forestales, de los mejores quebrachales del mundo, dando nacimiento
a una mal llamada "industria forestal" que tuvo su auge en la primera mitad del
siglo XX.(3)
Durante un largo período esta actividad forestal se
constituye en el principal sostén de la economía provincial. Los
ferrocarriles ingleses y franceses realizan sus trazados ferroviarios,
sobretodo para llegar al corazón del azúcar de Tucumán y extraer la madera
de los bosques santiagueños y van surgiendo centros urbanos donde se
concentra la abundante mano de obra que esa actividad extractiva necesitaba.
Fue en ese período que se forjó una ecuación fundamental con verdaderos
vasos comunicantes de muy difícil separación: El ferrocarril la explotación
forestal, la formación de los grandes latifundios. Ninguna de estas partes
hubiera podido existir independientemente sin las otras. Comenzó entonces
la gran privatización y entrega de las tierras públicas de la provincia de
Santiago del Estero, ya que las mayores reservas forestales se ubicaban en
tierras fiscales del este y noroeste de la provincia, hasta ese momento
desocupadas. y que fueron vendidas a entregadas a vil precio. (Departamentos
Moreno, Ibarra, Copo, Taboada y Figueroa).
Los gobiernos
provinciales que se sucedieron a partir de 1898 cambiaron la ECOLOGIA por la
ECONOMIA. La supuesta riqueza presente por la pobreza futura.
Remarcaba
Irigoyen. en oportunidad de una de estas ventas fiscales:. . . "la riqueza de la
tierra como la del subsuelo mineral de la República no puede ni debe ser objeto
de otras explotaciones que la de la Nación misma. . . ". . . . "la riqueza
forestal, fuente de vida, de recursos y de trabajo, debe ser contemplada
como uno de los grandes beneficios de la Provincia otorgados al suelo
argentino, y en consecuencia su resguardo y su utilización no pueden
hacerse sino en beneficio del pueblo y de acuerdo a planes científicamente
meditados. . ." (Del Mazo, 1930). Que lastima que el pensamiento rector de don
Hipólito Irigoyen no haya sido tenido en cuenta en materia de venta de las
tierras públicas que aún continúa imperturbablemente.
Las promesas
de buenos salarios y condiciones de vida digna, los "ríos de dinero" que iba a
traer aparejada la explotación forestal atrae a los grupos migratorios de
toda la provincia y también de fuera de ella que abandonaron sus pertenencias y
su hábitat natural para incorporarse al obraje y a una continua trashumancia.
Fue la destrucción del hombre igual que la del medio ambiente. El viejo obraje
textil de la época colonial, instrumentado alrededor de la mano de obra
servil de los indígenas, pasa a convertirse en el nuevo obraje forestal que
se establece sobre la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los
hacheros y su grupo familiar.
El genocidio de los indígenas se convierte
en el genocidio de los hacheros. Esta explotación en los obrajes llevó a don
Amalio Olmos Castro, a comparar a los hacheros con los esclavos de los
algodonales del sur de los Estados Unidos reflejados magistralmente en la Cabaña
del Tío Tom. Este preclaro director de Trabajo de la provincia llamó a esta
explotación que nos debería avergonzar a todos “la esclavitud blanca” del
obraje.(4)
Debemos rescatar en esa larga noche de casi cien años y que
aún continúa dos intentos fundamentales para industrializar la madera del bosque
santiagueño, y que nos interesa remarcar: l)La Instalación de las Fábricas de
Tanino y 2) Los Distritos Forestales.
Los enclaves Forestales
Hemos visto anteriormente como la provincia de Santiago del Estero,
desde la época colonial, estuvo integrada al sector económico dominante. La
producción de la pampa húmeda otorgó a la Argentina la imagen de una gran
homogeneidad interna y de esta forma se identificó a la región pampeana con el
espacio nacional, así como la de sus terratenientes con la burguesía del
país.
Por cierto que en el país, desde la colonia misma, existía una gran
diversidad regional, inclusive señalamos en este trabajo la gran importancia
histórica y socio- económica de la región del Noroeste.
Al identificarse
a la región pampeana con el resto del país, las regiones carecieron de pasado,
de historia, de economía y por cierto que otras formas de producción pasaron a
ser totalmente dependientes de la pampa húmeda.
“Una historia regional
será verdaderamente nacional en la medida que no se limite a una crónica de
sucesos locales y aprehenda la conexión que ellos tienen con los sucesos
nacionales, y cuando fuere necesario con los que operan en el ámbito continental
y mundial” dice con razón Armando Raúl Bazán. (5)
Al comenzar a hablar
de los obrajes es muy importante consignar como antecedente la aparición del
obraje textil como una variante del sistema de encomienda. Y este último era una
forma productiva del territorio conquistado que seguía al de la ocupación
militar.
La encomienda era una forma de recompensa o tributo que se le
otorgaba al conquistador, comprometiéndose este último a convertir al
cristianismo a los indígenas encomendados. El tributo adquirió las formas de
trabajo forzado para producir los bienes para el encomendero.
Las
primeras encomiendas tenían como base dos antiguos pueblos de indios: Manogasta
en Silípica y Soconcho en Atamisqui. En ellos se producían en el año 1585 ropa,
lienzos, calcetas y otras telas de algodón, cinchas y aparejos, trigo y maíz.
El obraje textil se constituyó en verdaderas fábricas de tejido ubicadas
en “lugares sombríos, techados con ramas, cercados de muros y adobes y donde
fueron encerrados los indias e indias de los encomenderos...”[2]
Al
respecto es importante consignar la distinción hecha por la historiografía entre
formas de desarrollo localmente administradas, como la estancia pampeana, y
formas de tipo enclave, aplicable a los obrajes forestales y a las fábricas de
tanino del Chaco santiagueño y santafecino. Por supuesto que la historia moderna
y contemporánea nos señala muy interesantes ejemplos de enclaves, tanto
agrarios- plantaciones- como mineros, industriales y comerciales.
El
origen de los enclaves forestales santiagueños lo encontramos en el gran remate
de más de tres millones ochocientas mil hectáreas de bosques fiscales realizadas
entre los años 1898-1904 por el gobierno de don Adolfo Ruiz. Se vendieron estas
tierras desconocidas e inhóspitas, ubicadas en los departamentos 28 de Marzo
(Gral Taboada), Moreno, Copo y Figueroa pobladas por quebrachales, únicos en el
mundo, al precio vil de 023, ctvs. la hectárea, cuándo el precio del durmiente
que pagaba el ferrocarril era de 1,48. De esta forma se formaron los grandes
latifundios forestales.(6)
Los bosques santiagueños fueron comprados por
“ El Sindicato de Capitalistas Para la Adquisición de las tierras de Santiago
del Estero”, sociedad formada en el puerto de Buenos Aires integrada por las
principales familias de la oligarquía porteña, y dónde podemos apreciar
apellidos notables, como Zuberbuhller, Santamarina, Lloveras, Rufino, etc.
Y a partir de allí, de la formación de los grandes latifundios, los
enclaves forestales, fue que comenzó la gran devastación forestal en la
provincia.
Y para ello debía consolidarse una gran red de vasos
comunicantes, una verdadera tela de araña, que se relacionaban de una manera muy
estrecha: la oligarquía porteña, los ferrocarriles ingleses y franceses, la
oligarquía azucarera tucumana y posteriormente la Forestal del Chaco, que se
apropiaron y distribuyeron la tierra pública y también el trazado y distribución
de la red ferroviaria y por cierto el desempeño económico de toda la región, con
especial vinculación con el funcionamiento de la economía pampeana.
Esta
red de intereses condenaron a Santiago del Estero a convertirse en la productora
de los durmientes para el ferrocarril, el combustible para sus locomotoras y los
postes para el alambrado de las grandes estancias de la pampa húmeda. Una de las
razones fundamentales fue que el quebracho colorado santiagueño tiene menor
contenido de tanino que los quebrachales colorados de la zona del chaco
santafecino, chaqueño y paraguayo.
Es por eso que recién en la década
del 40 se construyeron las dos grandes y únicas fábricas de tanino, también
importantes enclaves, en el territorio provincial: Weisburd en el Departamento
Mariano Moreno y la Cotan S.A.(Compañía Taninera) en Monte Quemado –Copo.
Es decir que del análisis y revisión de este proceso formativo, tan
vinculado al funcionamiento de la economía pampeana, surgen nítidamente la
existencia de estructuras económicas que divergieron notablemente con las del
capitalismo agrario pampeano.
Una peculiaridad notable es la ubicación
de estos establecimientos productivos en una región geográfica alejada de la
sede de las decisiones administrativas y políticas.
Esta denominación
enclave tiene un doble significado que es muy importante destacar:
En
primer lugar se trataba de núcleos de actividad económica controlados de una
manera directa desde afuera del país.
Un ejemplo característico lo
tenemos con la célebre La Forestal del Chaco, que monopolizó la fabricación y el
comercio del tanino en el país. En este caso sus accionistas, su directorio, su
sede central, residían en Londres. Al exterior, a Inglaterra, se remitían las
utilidades a distribuir de esta empresa monopolista.
Otra de las
peculiaridades importantes de esta empresa era que tenía pocas vinculaciones con
los eslabonamientos regionales, ya que las máquinas de sus ingenios, los
ferrocarriles, los puertos, etc., provenían del exterior. Inclusive la harina y
los productos de alimentación eran de otras regiones; sólo podemos consignar al
combustible(leña y carbón) y algunas veces la carne(como el caso de las empresas
tanineras santafecinas) que eran de la propia región.
La producción taninera se exportaba en el 90% para
el exterior lo que señala bien claramente cuál era la orientación. Este enclave,
era una especie de extensión de la economía y de la soberanía de los países
centrales.
En segundo lugar el término enclave también determina un
aislamiento físico, o geográfico, determinado originalmente por condiciones
sociales, naturales e institucionales. Como la presencia del bosque, la selva y
la incertidumbre sobre las condiciones legales e institucionales.
Por
ejemplo, el gran latifundio de Quebrachales Tintina Sociedad Anónima de los
Tornquist, tenía en territorio santiagueño más de 600.000 hectáreas. En campos
de su propiedad se fundaron las estaciones de ferrocarril de Vilelas, Puna,
Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo, Alhuampa, etc.
Enormes obrajes
dónde trabajaban más de cinco mil hacheros y dónde la civilización de la ley y
la justicia no llegó sino hasta mediados del siglo XX.
Y también en los
enclaves forestales destacamos las características especiales del hachero y del
trabajador forestal.
En el caso de los hacheros su nomadismo. La
obligada trashumancia del obraje, con poblaciones efímeras, pueblos fantasmas,
construidos a la vera de las estaciones ferroviarias y destruidos con la
devastación del bosque. Un nomadismo que los obligaba a trasladarse con sus
familias siguiendo al obraje una vez terminado el bosque del lugar asignado.
Pero este traslado era sólo en el interior de los enormes latifundios,
verdaderos feudos medievales que solo se podía escapar con la muerte.
La
difusión generalizada del pago con especies, con vales o notas de créditos, que
se podían canjear solamente en las proveedurías del obraje, al igual que la
ausencia total del control del estado ya que el comisario y los jueces de paz
eran pagados por la Compañía, contribuía a una coacción generalizada y por
supuesto a este aislamiento.
Recién con el gobierno radical de Santiago
Maradona(1928-1930), se reglamentaron las leyes nacionales que, pese al tiempo
transcurrido desde la promulgación de las mismas, carecían de aplicación en la
provincia. Como la ley 9688 de accidentes de trabajo y de enfermedades
profesionales; La Ley 11.723 sobre el Trabajo de las Mujeres y de los Menores,
etc.
También se sentaron las bases para el estricto cumplimiento de las
leyes obreras al crearse el Departamento Provincial del Trabajo.
Y para
poner fin a los continuos abusos que se vivían en los obrajes, donde no era
extraño ver a los jueces de paz dirigiendo las tareas del aserradero o a los
comisarios vendiendo mercaderías en las proveedurías, el Ministro de Gobierno de
Maradona, don Julio Olivera, dictó el 9 de julio de 1928, una resolución
ministerial ejemplificadora, que como bien dice Luis Alén Lascano debería
destacarse con letras de oro: “.....Prevenir a los empleados policiales que
serían exonerados si detienen o molestan a los señores trabajadores, por deudas
contraídas con los señores patrones o por otras causas que no estén
especificados en el Código de Policía...”
Lamentablemente estas
continuas violaciones a las leyes laborales y sociales perduran en la actualidad
por este aislamiento que aún se mantiene.
Las fábricas de tanino
santiagueñas, y posteriormente, los distritos forestales cambiaron este “hábito”
obligado al crearse pueblos estables, con luz eléctrica, agua corriente y hasta
escuelas y hospitales.
En Santiago del Estero, desde la explotación
forestal intensiva de comienzos del siglo XX hasta la década del 40 y luego con
las fábricas de tanino, que también abarcaron a los obrajes, fueron los núcleos
típicos de una producción organizada en la forma de enclave forestal.
Ambos tienen una enorme importancia, porque fueron los esfuerzos más
serios y reales, sobretodo el último, de terminar con un sistema de destrucción
irracional de nuestra ecología y medio ambiente, cambiando el destino
histórico del bosque santiagueño y por las posibilidades presentes que este
recurso natural aún posee para la provincia. Pasaremos a describirlos
sintéticamente.
La industria del tanino en Santiago del Estero.
El descubrimiento del tanino extraído del quebracho dio comienzos a
partir del año 1880 con la exportación de los rollizos del quebracho argentino a
las fábricas ubicadas en El Havre y Hamburgo(Alemania). Hasta esa fecha se
extraía en Europa del nogal ,roble o el castaño pero la el quebracho tenía la
enorme posibilidad de utilizar prácticamente todo el árbol , que lo hacía
sumamente atractivo económicamente y abaratando la producción y utilización del
cuero.(7)
Pero fue en el año 1890 cuando se inaugura la primera
fabrica de extracto de quebracho (tanino) en el país, en Pehuajo,
Corrientes, industrializando la materia prima en el lugar de origen. Una razón
fitogeográfica iba a influenciar en el destino del quebracho colorado
santiagueño con una proporción de tanino inferior al que existía en los
quebrachos colorados de la región de Santa Fé, el Chaco, Formosa y el Chaco-
Paraguayo. De allí que el quebracho santiagueño fue "reservado" para los
durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras industrias y para
levantar los postes de las estancias de la pampa húmeda.
Ese fue el
motivo principal que la Forestal del Chaco, y sus empresas adláteres,
establecieron todas las fábricas de tanino en la región chaqueña- santafecina-
paraguaya, constituyendo un gran emporio que monopolizó la fabricación y
exportación del tanino en nuestro país y controló todo el comercio mundial
durante más de ochenta años.
El extracto sólido del quebracho salió
del país por miles de toneladas a un ritmo de exportación continuo hasta el año
1963, en que la Forestal prácticamente extinguido el quebracho colorado y
descubierta las propiedades similares de la mimosa, original del Africa, decidió
levantar sus instalaciones. Pueblos enteros, vías férreas, puertos, viviendas,
etc. fueron abandonadas y dinamitadas por la Forestal Del Chaco, para evitar que
la población del lugar se quedara en las instalaciones.(8)
Debemos hacer
notar que en la década del 40, durante la guerra mundial, como consecuencia
del proceso de extinción de los quebrachales santafecinos y pese al menor
rendimiento del quebracho santiagueño, se produce una expansión en procura
del tanino del quebracho santiagueño que pasaba a ser rentable. Inclusive, se
advierte como consecuencia de esta demanda, un aumento de la población rural del
área forestal, que en esa fecha alcanzo a representar el 20% de la población
rural de toda la provincia. Esta situación es importante teniendo en cuenta la
elevada emigración de las provincias del norte hacia la zona metropolitana
de Buenos Aires.
En ese período se instalan dos fábricas de tanino en el
territorio santiagueño. Una en la localidad de Weisburd, Departamento
Mariano Moreno y la otra en Monte Quemado en el Departamento Copo, en el límite
con Salta. Ambas fábricas dieron prácticamente vida a los pueblos de Weisburd,
(dpto. M. Moreno) y a Monte Quemado en el departamento Copo al dotarlos de
viviendas de material, agua corriente, luz eléctrica, hospitales, salarios
dignos para los obreros, cine, etc. que contrastaban notablemente con los
pueblos forestales existentes hasta entonces.
Lamentablemente, en un
final que nos recuerda al ingenio azucarero del francés San Germes, tanto
la Empresa Weisburd y Cía. como la Cotan(Compañía Taninera) de Monte Quemado no
pueden colocar la excelente producción de sus fábricas en el mercado
mundial controlado por la Forestal y se ven obligadas a cerrar las fábricas y
vender las maquinarias como hierro viejo. Las ruinas silenciosas, todavía
imponentes, de estas dos grandes fábricas de la Provincia de Santiago del Estero
se encuentran en los mencionados pueblos y son verdaderos símbolos de los
intentos vanos de industrialización del monte santiagueño.(9)
Los
distritos forestales: Una esperanza
De la Facultad de Ingeniería
Forestal creada en el año 1958 en la provincia más castigada por la depredación
forestal, fueron saliendo las bases fundamentales para la constitución mediante
Ley 3275 del IFIA( Instituto Forestal de Industrialización y Administración),
que tuvo por objetivos el fomento de la tecnificación y el mejoramiento de la
economía forestal.
Y de este Instituto salieron los estudios y las bases
de los denominados Distritos Forestales. Los Tigres, los Pirpintos, El Caburé
fueron pueblos dotados de centros cívicos, casas de material confortable, agua
potable, infraestructura vial y sanitaria y sobretodo de una moderna tecnología,
que aún se conserva en partes, para la fabricación de parquee, muebles, paneles
de madera, etc., utilizando las maderas de los bosques santiagueños.
Si
aún resuenan las palabras del ingeniero Néstor R. Ledesma, artífice del IFIA y
uno de los fundadores de la Facultad de Ingeniería forestal: “Nunca más los
pueblos nómades. Nunca más los vales ni las proveedurías. Nunca mas la
explotación del hombre por el hombre más inicua e irracional que se conoce en la
historia de la humanidad. Viviendas dignas, salarios dignos. Atención y Salud
adecuadas”.
Y los Distritos Forestales se convirtieron en una nueva
esperanza para terminar para siempre con el drama del obraje, de la depredación
irracional del medio ambiente y del hombre, y de convertir a la provincia de
Santiago del Estero en un verdadero polo industrial utilizando sus recursos
naturales depredados salvajemente.
Estos Distritos Forestales,
posteriormente convertidos en cooperativas, habían logrado realizar en el
período 1979/1981 mas de 120.000 toneladas de madera. Una cifra muy
significativa y que las convertía en grandes empresas industriales. Mas de
quinientas familias vivían en torno de estas cooperativas forestales,
engrandecidas y fortificadas por la participación de las mismas en los planes de
construcción de viviendas en la provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la
Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las Cooperativas Forestales tuvo
mucho que ver la acción del ex-Gobernador de la provincia de la Revolución
Argentina, Gral. Cesar F. Ochoa que facultó al Instituto de Vivienda y Urbanismo
de la Provincia a contratar directamente con las cooperativas, sin licitación
alguna, la carpintería de las obras públicas y numeroso mobiliario para las
escuelas provinciales. Además por su excelente producción las cooperativas
estaban en condiciones de competir en el mercado nacional e internacional.
No únicamente se lograba en las cooperativas forestales una utilización
industrial del bosque, sino también existían planes de reforestación y de
protección de nuestra naturaleza.
Es fácil advertir los perjuicios de
las empresas constructoras, contratistas del Estado, como consecuencia de esta
competencia de las cooperativas forestales que no únicamente habían abaratado
los costos, sino que estaban en condiciones de copar el mercado con viviendas
prefabricadas construidas totalmente de madera. Los Grupos Económicos
Provinciales(GEP), estructurados sobretodo alrededor de las Empresas
constructoras monopolizaron en las provincias el gran negocio de las obras
públicas(viviendas, caminos, canales de riego, etc.) constituyéndose en
verdaderos poderes dentro de los Estados Provinciales, con una gran influencia
económica y social.
Solamente en el período 1980-1994, se construyeron
en Santiago del Estero 16.500 viviendas, con ganancias aproximadas de unos siete
millones de dólares anuales para estos GEP. De allí que los denominados “hombres
de paja” de las Empresas Constructoras ubicados en los poderosos Ministerios de
Economía y Obras Públicas, advirtiendo esta competencia “desleal” de la
cooperativas forestales urdieron una trama o confabulación contra el bosque
santiagueño a través de una feroz campaña de desprestigio contra ellas y contra
las propiedades de las maderas santiagueñas para la carpintería de obra.
Carlos Jensen Viano, sucesor civil del General Ochoa, en sorprendentes
declaraciones “destapó la olla” y anunciaba, que conforme a los informes de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero, muy controvertido por cierto, ”la
madera de quebracho no servía o no se había demostrado que era apta para ser
utilizada en carpintería de precisión”.
Fueron inútiles las voces
esclarecidas que se alzaron para defender nuestros bosques. Como el caso de
científicos de valía internacional como Casimiro Uhrin, experto alemán y
profesor de Universidades del país y del extranjero. Fue el comienzo del fin de
las cooperativas forestales luego atacadas por sus reales desórdenes, aunque
exagerados, administrativos.
La provincia madre de ciudades, a mediados
del ochenta, retornaba bajando la cabeza a la vieja política de destrucción
forestal sin control alguno. Las cooperativas forestales aún existen en el
corazón del bosque santiagueño. Sus modernas maquinarias casi abandonadas, ,son
utilizadas para fabricar ataúdes, y los pobladores de los ex-Distritos
Forestales y de toda la región del norte santiagueño esperan la instrumentación
de nuevos planes que los saquen del atraso y de la miseria. Mientras tanto, como
una gran sombra el mal de Chagas, el gran flagelo provincial, anida con forma de
vinchuca en los ranchos. Uno de cada cuatro santiagueños padece de este mal
endémico. Las viviendas de madera, para erradicar los ranchos, aún esperan su
realización.
Algunas propuestas:
Los recientes datos referidos
al aumento del desempleo, de la pobreza, de los hogares con necesidades básicas
insatisfechas, las manifestaciones de protestas de los diversos sectores, son
explicados por el gobierno y algunos economistas oficiales como el costo de la
reconversión y del ajuste necesario en la economía nacional que ha tenido un
gran crecimiento en los últimos años.
Una economía nacional que como
hemos visto anteriormente obliga a privilegiar, dada la apertura de los
mercados, la provisión del exterior de los insumos de la producción.- Esto
ha traído aparejado un olvido de las regiones del país que podrían
hacerlo.
Las economías regionales no pueden quedar expuestas al
libre juego del mercado, que por otra parte, como hemos visto, no existe y
nunca existió.
Es de fundamental importancia, y la única forma de parar
los estallidos sociales, fomentar un programa de desarrollo de las economías
regionales, la gran ausente del debate nacional.
Para ello el Estado
Nacional deberá invertir los fondos necesarios, y si es
necesario(evidentemente lo es) renegociando el pago de los intereses de la deuda
externa, tal como lo han venido pregonando recientemente algunos obispos y el
propio Papa al calificarla de "injusta e inmoral".
El gobierno
nacional debe asistir, con créditos subsidiados a la destruída actividad
primaria de las provincias implementando sistemas de comercialización que
impidan el despojo al productor.
Es muy importante la radicación de
las agro- industrias en los mismos lugares de producción de las materias primas,
aumentando el valor agregado de las mismas.- La búsqueda en el mercado
internacional y en el Mercosur de colocación de los productos regionales,
etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para salvar a las economías
regionales y a las provincias rezagadas, "inviables", o en vías de franca
extinción.
Notas:
1) Ferrer, Aldo: “Manual de Economia
Argentina”,
2) Dargoltz, Raúl Eduardo: “Hacha y Quebracho. Historia
Ecológica y Social de Santiago del Estero.”, cuarta edición corregida y
aumentada, Santiago del Estero, 1998, Ediciones Conciencia y Nacional.
3)
Ibid.
4) Olmos Castro, Amalio: “El trabajo”, Santiago del Estero, 1942.
5) Bazan, Armando Raúl, “ El Noroeste y la Argentina Contemporánea”(
1953-1992), Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1992.
6) Dargoltz, Raul E.:
“ La Alianza Anglo Porteña. Historia de la destrucción de una provincia”,
Ediciones del Mar Dulce, Buenos Aires, 1983.
7) Ibid.
8) Ibid.
9)
Dargoltz, Raul: “Hacha y Quebracho. La Confabulación contra el bosque
Santiagueño”, Ediciones El Liberal, Santiago del Estero, 1988.
10) Dargoltz
Raul, "Santiago del Estero. El Drama de Una Provincia", op.cit..
[1] El autor es Magister de Estudios Sociales Para América Latina.
Profesor de Historia Social Regional de la Univ. Nacional de Santiago del Estero
e investigador del Conicet.
Aportado por: Revista Trabajo y Sociedad,
Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades
segmentadas.
http://www.geocities.com/trabajoysociedad/
Para que no
haya hombres sin tierra ni tierra sin hombres
Por María de Estrada
En Santiago del Estero, al igual que en
muchos otros lugares de América Latina, la lucha por la tierra lleva más de 500
años de historia. Así lo reconocen hoy los campesinos que allí viven, que allí
luchan, quienes distinguen dentro de este proceso tres claras etapas.
La
primera se inicia con la conquista española, que destruyó la organización de la
producción existente, principalmente mediante el ataque y dominación de los
pueblos originarios y su utilización, mediante la mita, ecomienda y yanaconazgo,
como mano de obra para el centro minero de Potosí, por ese entonces una de las
áreas más pobladas y dinámicas del mundo. Al Noroeste argentino (NOA), y dentro
de éste a la provincia de Santiago del Estero, se le asignó la “función de
abastecedora de recursos agrícola-ganaderos y humanos, como periferia de
Potosí.” 1
Durante este período colonial se reorganizó el espacio de
acuerdo a los intereses económicos y políticos de los invasores. La fundación de
núcleos urbanos (Santiago del Estero fue el primero en 1553) permitió no sólo la
apropiación de las tierras aledañas por parte de los blancos, y la defensa de la
frontera frente a los indios, sino además articular un sistema de caminos que
permitiera el aprovisionamiento de la fuente minera, base de la economía
mercanitilista europea.
La segunda etapa que distinguen los campesinos comienza en el siglo
XX. El espacio argentino es organizado ahora en torno a la región pampeana, de
acuerdo a la inserción del país en la División Internacional del Trabajo como
proveedora de granos y carne, principalmente a la potencia del momento,
Inglaterra, que llevaba a cabo la Revolución Industrial.
La expansión del
ferrocarril, que en esta provincia llegó en 1870, fue la herramienta por
excelencia para incorporar a estos espacios al modelo productivo, manteniendo su
carácter de periferia, y haciendo posible así, sostener la hegemonía de las
fértiles llanuras pampeanas. El trazado del ferrocarril re-configuró el
territorio santiagueño, aislando antiguas poblaciones de origen quechua cuyo
modo de producción combinaba la explotación equilibrada del bosque con la
ganadería de subsistencia. Centrado en una especialización económica basada en
la depredación forestal, ciento cincuenta millones de quebrachos colorados
fueron destruidos en esta provincia en algo más de 50 años. “Entre 1806 y 1915
Santiago del Estero produjo 20.700.000 durmientes de quebracho, con lo que se
construyeron 1600 kilómetros de vías férreas, pero que simultáneamente implicó
la degradación de 3/4 partes de los bosques de la provincia”
En su rol de
“periferia de incorporación temprana”2, Santiago del estero, al igual que Chaco,
proveyó las maderas duras necesarias tanto para el tendido del ferrocarril, como
para los alambrados, cercos, corrales, etc. Como afirma Morello “en el interior
de países dependientes las regiones centrales destinadas a producción agrícola
para exportación están sujetas a un manejo conservador, que es subsidiado en
función de la explotación irrestricta de otros recursos naturales
complementarios en espacios periféricos”.3
Dentro de este mismo modelo,
y basándose también en la explotación del quebracho, a comienzos de siglo se
instala allí la empresa británica “La Forestal”, destinada a la fábrica de
extracto de tanino, insumo básico para el curtido e impermeabilización del
cuero. El poder de esta empresa, que compró 472.000 hectáreas forestales,
derechos sobre otras 197.000 has. Fiscales y 170 km. de vías férreas fue tal que
llegó a constituir su propia flota y puertos fluviales expandiéndose hasta
poseer 2.266.175 hectáreas; emitiría su propio dinero para pagar los salarios de
los obreros, válido sólo en su territorio.4 Pero no se trataba solamente de la
depredación de los bosques naturales, esto mismo se reprodujo en la fuerza de
trabajo. En una de las principales fábricas, el 45% de los obreros tenían
tuberculosis y el 90% sífilis. Hubo localidades donde la cuarta parte de la
población mayor de 11 años no sobrepasaba los 35. 5
Este modelo
productivo, que coexistía con explotaciones campesinas de subsistencia. Para
1937 un tercio de las explotaciones eran minifundios de menos de 25 has. con
mano de obra casi exclusivamente familiar, que debía combinar esta actividad con
la venta de su fuerza de trabajo a las empresas quebracheras como “hachadores”.
Sumergida ampliamente en la pobreza, esta provincia se convirtió en uno de los
principales centros expulsores de mano de obra que se dirigía hacia Buenos Aires
en mayor medida, en el marco del modelo de industrialización sustitutiva de
importaciones.
En la década del 50 la mayoría de las fábricas de extracto
existentes fueron cerradas por el reemplazo del tanino por el extracto de
Mimosa, especie producida por la misma empresa “la Forestal” en el Sur de
África. Esto produjo un proceso de “recampecinización” que queda evidenciado en
el Censo Nacional Agropecuario de 1960, donde el 63% de las explotaciones tenía
menos de 25 has. y el 71% de la mano de obra utilizada era familiar.
Pero
el rol de periferia de la región pampeana continuó signando la organización del
espacio en este territorio. Durante los 70 el ciclo favorable en la ganadería
papmpeana conllevaría la expansión de la frontera agropecuaria hacia esta
región. Los cultivos de porotos y de soja destinados a la exportación son
realizados ahora en Santiago del Estero fundamentalmente por empresas no
residentes en la zona caracterizadas por el uso intensivo de
capital.
Esto implicaría dos procesos: por un lado la concentración de la
tierra en manos de quienes estaban en condiciones de incorporarse a este modelo
productivo, es decir en su mayoría empresas foráneas que contaban con el capital
suficiente. En forma simultánea y como contrapartida, un gran número de pequeños
productores, con economías de subsistencia, que si bien representan el 69% del
total, sólo tienen el 1,15% de la superficie.
La lucha entre estos dos
modelos productivos, que implican diferencias en cuanto relaciones de
producción, utilización de insumos y tecnología, usos del suelo, articulación
con el mercado, etc., también se tradujo en una lucha concreta por apropiarse
del espacio. Durante la dictadura militar comienza un proceso de “exclusión
silenciosa”; se trata de empresas que se presentan como dueñas de tierras
ocupadas por campesinos, que si bien no poseen título de propiedad, llevan allí
generaciones trabajando la tierra. Éstas presentan escrituras avaladas desde
Buenos Aires o Santa Fe y desalojan a los campesinos que viven allí mediante el
uso de la fuerza pública y topadoras que destruyen ranchos y
alambrados.
La falta de organización de los productores santiagueños en
concordancia con el alto nivel de represión facilitaron este proceso, pese a que
la ley garantiza la propiedad de la tierra para quien la ocupe por 20 años o más
y manifiesta “ánimo de dueño” de la misma.
El retorno a la democracia en
1983 no implicó una modificación de esta situación; con ésta retorno el
juarismo, icono del regionalismo en esta provincia. Carlos Antonio Juárez, junto
a su esposa “Nina”, en el poder desde 1949, es un fiel representante del patrón
político local que se repite en gran parte del interior argentino.
Caracterizándose por su fuerte verticalidad y la represión sistemática de las
libertades civiles y políticas, así como el control de los medios de
comunicación locales, actúa como “caudillo”, como “patrón” de este espacio al
que considera su feudo. Mediante acuerdos de poder con el gobierno nacional, una
fuerte red de clientelismo, el control de la mayoría de los juzgados y la
“alineación automática” entre la gobernación y la legislatura provincial, en una
provincia donde el 58% de los ocupados trabaja para el estado provincial 6, el
juarismo perpetúa el modelo de pobreza, indigencia y marginalidad que le permite
reproducirse y perpetuarse. Y las topadoras seguían pasando, y los campesinos
teniendo que abandonar sus tierras.
En 1986 se produce un quiebre, cuando
1500 campesinos se movilizan en lo que se llamó “el grito de los Juríes”; es en
esta localidad donde tres años más tarde se reunirían representantes de
organizaciones campesinas locales.
Finalmente, el 4 de agosto de 1990 se
constituye formalmente el movimiento de Campesinos de Santiago del Estero
(MOCASE). Entre sus principales objetivos se encuentra la lucha por la tenencia
de la tierra y el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias
campesinas. El primer punto se lleva a cabo principalmente en el ámbito
judicial, buscando que no haya más desalojos de campesinos, mientras que el
segundo implica una compleja labor que se amplía a medida que los propios
campesinos van tomando conciencia de las causas de su situación, de la similitud
con los problemas de campesinos de otros lugares, etc…
A principios de
esta década se producirá un cambio fundamental en el modelo productivo
santiagueño, impulsado tanto por la demanda a nivel mundial como por condiciones
propias del país. La soja transgénica (Soja RR comienza a invadir el país. El
aumento del precio de esta oleaginosa, que pasa de U$D 165 en 1999 a U$D 222 a
mediados del 2003, resulta explosivo si se considera la devaluación de la moneda
nacional, que implicó así un aumento del 290% para el precio de este
cultivo.
El factor fundamental para que la “sojización” del país haya
sido posible, fue la incorporación de los paquetes tecnológicos asociados a esta
producción e impulsados por grandes multinacionales como Monsanto o Cargill. La
utilización de semillas modificadas genéticamente, fertilizantes y herbicidas
permite integrar casi cualquier suelo al cultivo de soja, borrando la frontera
natural de estos cultivos. “A nivel nacional esto ha posibilitado que, mientras
la superficie sembrada con soja pasa de 5,8 millones de has. En 1993/4 a 12,6
millones en el 2002/3 (variación del 118%), la cosecha pase de 11 millones de
toneladas a 35 (variación del 199%) en igual período”. 7
Así, la lucha
por el espacio se recrudece en Santiago del Estero, ahora con testaferros que
buscan apropiarse de las tierras para sembrar soja y exportarla. “El avance
sobre las tierras de los campesinos es brutal y simple. Un testaferro, por lo
general santafesino o cordobés, soborna a un habitante de algún pueblo cercano.
Este figura cediéndole la “posesión de hecho” del monte, posesión que no es
necesario demostrar ya que los jueces no son justos. Luego llega el alambrado,
que atrapa escuelas, caminos y cementerios. Y la matanza se concreta. Las
topadoras “limpian” el terreno y los cazadores matan a los animales que intentan
escapar. Contra las familias largan bandas de hasta 25 matones armados.” 8
Pero el MOCASE ha ido fortaleciendo su organización y se ha convertido
en un referente de lucha para muchos de los movimientos sociales del país. Ante
un modelo de producción basado en la compra de insumos extranjeros, utilización
de transgénicos y agrotóxicos, tecnología que reemplaza la mano de obra y la
degradación de los suelos para la exportación, reivindican la necesidad de
llevar a cabo una reforma agraria que permita organizar este espacio desde bases
totalmente distintas.
Reinaldo, miembro del MOCASE, comienza por explicar
cuales son sus términos generales: “Nosotros consideramos la reforma agraria
como un respeto por la forma de vida y tenencia de la tierra de los campesinos.
La reforma al estilo mexicano o chileno con reconocimiento por familia de una
parcela a nosotros no nos sirve, porque tenemos la influencia de la herencia
cultural aborigen, donde las propiedades son comunitarias. No hay una visión de
decir “esta es mi parcela”, los parajes son de todos, y si vos sos de ahí vas a
hacer tu potrero o tu represa en cualquier lugar, porque es de todos. Es mucho
más adecuado a nuestro planteo de reforma agraria el reconocimiento no tanto de
la parcela sino del territorio. Nosotros hablamos de territorialidad, cada
comunidad tiene un territorio donde desarrolla su vida.”9
De forma
similar al zapatismo en México o el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en
Brasil, la estructura política del MOCASE está sustentada en las bases, en
dirigentes surgidos de las mismas comunidades campesinas. Carlos Luna, actual
presidente del movimiento, relata: "Partimos de una forma horizontal,
democrática, de hacer política. No hay caudillos o líderes. Las comunidades
campesinas son las que trabajan y deciden. Todo se discute en las comisiones y
se lleva a la práctica a través de delegados". La estructura interna del Mocase
está conformada por tres niveles: comisiones de base, centrales campesinas y
cooperativas y una comisión directiva, donde los delegados consensúan las
distintas posiciones hasta lograr decisiones satisfactorias para todos.10 La
ausencia estatal en la zona ha impulsado modelos autogestivos en diferentes
frentes. A la organización comunitaria, la creación de cooperativas productivas
y la puesta en funcionamiento de radios locales hay que agregar el proyecto de
la Escuela secundaria politécnica en un pueblo a 50 Km. de la capital provincial
y de la creación de la Universidad Campesina. Esto último constituye un eje
fundamental si se tiene en cuenta la importancia de la educación como
herramienta de emancipación en los distintos movimientos sociales de América
Latina.
Se trata de 9000 familias campesinas que integran alguna de las
trece organizaciones distribuidas a lo largo y a lo ancho del territorio
provincial. Forman parte de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
Campesinas (CLOC) y de Vía Campesina, organización a nivel mundial. Es quizás
esta combinación entre su lucha cotidiana y la participación en niveles
superiores - el intercambio constante con campesinos del MST y de muchos otros
países, su integración al Foro Social Mundial, a la Cumbre de los Pueblos y a
gran parte de este proceso que se está gestando en Latinoamérica y en todo el
mundo en general como espacio de construcción de alternativas ante un modelo que
se trata de imponer como único - lo que los ha convertido en un modelo de
organización para gran parte de la sociedad. Son conscientes hoy de que la lucha
porque no los expulsen de su tierra es parte de la misma lucha por la reforma
agraria, por la soberanía alimentaria y por la construcción de otro modelo de
país:
¨La Soberanía Alimentaria pasa por el derecho a producir y comer lo
que queremos, este es un derecho avasallado (...). Sabemos que tenemos un rol,
una responsabilidad, el producir alimentos para que los compañeros de la ciudad
se alimenten sanamente.¨ Como resultado del exportar para crecer y el producir
para exportar, la Argentina, país de hambre y miseria, agota sus suelos,
envenena montes y niños, usando la tierra para alimentar el ganado extranjero y
la sobra de este festín se utiliza en planes solidarios, alimentos de moda y las
ganancias económicas que decaen en pocas manos.”11
En una de las
provincias con mayor hacinamiento habitacional del país, donde el 38,2% de la
gente vive sin satisfacer las necesidades básicas, cifra que sube
estrepitosamente a un 53,7 % para los hogares rurales y el 40,9% de las
viviendas carece de agua corriente, este Movimiento se está organizando a una
escala mayor, comprendiendo la unicidad del conflicto con los sectores urbanos.
Reinaldo, del pueblo de Quimilí, explica:
“Estamos impulsando con el MTD
Aníbal Verón, una organización urbana, para ir construyendo un “movimiento sin
tierra”, una vuelta al campo masiva. La gente se va a venir caóticamente, cagada
de hambre (...) Los territorios sin población los ocupa el capitalismo anónimo.
Buenos Aires y su conurbano tiene 15 millones de habitantes y Córdoba 3 millones
de habitantes ¿Como puede? Este es un país que podría distribuir más de 100
millones de habitantes, con un campo cuidado en lo ecológico y ciudades sanas de
30 o 40 mil habitantes. Con un esquema de distribución territorial mucho más
sustentable y sano. Pero en principio pensemos la cuestión básica de comer,
queremos un pueblo que produzca su comida, que no la este mendigando.”
12
De esta forma el MOCASE busca exceder el espacio rural, articular su
identidad campesina con otros sectores de la sociedad que padecen, desde otros
contextos, las consecuencias del modelo de acumulación vigente.
Primero
como periferia del Alto Perú, más tarde de una Argentina centrada en la región
pampeana, Santiago del Estero, al igual que muchas de las provincias del
interior, lejos de haber sido dejada a su suerte, ha sido expoliada para que
esos modelos pudieran ser puestos en práctica. Pero dentro de este espacio se
reproduce esta misma lógica, un pequeño sector ligado al poder provincial o
proveniente de otras regiones, que busca imponer un modelo basado en grandes
explotaciones que se vinculan con el mercado externo, con insumos importados y
tecnología que reemplaza la mano de obra, generador de gran deterioro para el
medio ambiente; del otro lado los campesinos, mayormente con producciones de
subsistencia, con una organización del espacio no basada en la propiedad privada
de las parcelas sino en el uso comunitario del territorio; sin títulos de
propiedad, pero con historias de generaciones ligadas a esas tierras, a esos
montes.
Aquí, en Santiago del Estero, la lucha por el espacio es directa,
es explícita…son las topadoras tumbando ranchos contra los campesinos. Después
de muchos años de que esto sucediera sin que si hiciera algo al respecto, la
gente comenzó a organizarse. Primero en torno a la Ley Veinteñal en el ámbito
judicial, pero más tarde ampliando el reclamo, complejizándolo, lo que los llevó
a articularse con otros movimientos campesinos del país y de América Latina. En
la actualidad, el MOCASE se encuentra en la búsqueda de expandir su accionar y
coordinarlo con otros movimientos -estudiantiles, de desocupados, de
trabajadores – que compartan no sólo el modo de entender el conflicto, sino
también la necesidad de articularse de una manera alternativa para construir
otra realidad.
Notas
1. Gejo, O. y Liberali, A.: “Fases de
desarrollo en la Argentina. Asignación de recursos y procesos poblacionales”.
Bs. As, 1999.
2. Gejo, O y Liberali, A.: “Las economías regionales bajo la
lupa demográfica.” En Benítez, Liberali, Gejo: “Estructura económica y comercio
mundial”. Ed. Pharos, Bs. As, 1992.
3. Morello, Jorge: “Manejo integrado de
recursos naturales”. En Brailovsky, A.: Introducción al estudio de los recursos
naturales, EUDEBA, 1987.
4. Brailovsky, Antonio y Foguelman, Dina: “Memoria
Verde. Historia ecológica de Argentina”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
5. Álvarez, Antenor: “Riqueza forestal de Santiago del Estero”. Santiago del
Estero, 1916.
6. Barbetta, Pablo N. y Lapegna, Pablo.: “No hay hombres sin
tierra ni tierra sin hombres: luchas campesinas, ciudadanía y globalización en
Argentina y Paraguay”. En Giarracca, Norma y Levy, Bettina (comp.): “Ruralidades
latinoamericanas. Identidades y luchas Sociales”CLACSO, Buenos Aires,
2004.
7- Reynoso, Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero:
“Tierra y Reforma Agraria” . En www.rebelion.org
8- Ídem anterior.
9. Ídem
anterior
10. Le Monde Diplomatique. “ Movimiento campesino de Santiago del
Estero. La tierra es nuestra »
11. Grupos de Reflexión Rural. “Argentina: La
lucha por la soberanía alimentaria”. En www.rebelion.org
12. Reynoso,
Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero: “Tierra y Reforma
Agraria”. En
www.rebelion.org
En los caminos vacíos de La
Forestal
Por Osvaldo Bayer
Salimos a
buscar el año ‘21 en sus recuerdos y lo encontramos en su realidad. Hemos
recorrido el norte santafesino con el dolor y la ironía que deja la comprobación
que el año 1921 vale para el 2001, ochenta años después. Se cumplen ochenta años
de las sangrientas huelgas obreras de La Forestal. Ojalá que en todo colegio
secundario los docentes y alumnos se pregunten el porqué. El porqué de tanta
crueldad contra los obreros, de tanta obsecuencia de los políticos de turno para
con el poder económico en tiempos de democracia, el porqué de tanto egoísmo
criminal de la gigantescas fábricas de tanino.
La Forestal es el ejemplo más
claro de la explotación capitalista de un lugar y su método egoísta que
finalmente termina en ser la más absoluta depredación. Compra miles de hectáreas
de quebrachales, construye las fábricas de tanino, exporta millones de toneladas
y, cuando la riqueza natural se termina, se va llevándose hasta los bulones.
Deja nada más que tierra arrasada, abandono, miseria, tristeza, decepción. La
mejor muestra está en los pueblos abandonados que dejó y que van siendo
reconstruidos lentamente por los hijos de los explotados.
La primera pregunta
es: ¿qué hicieron los gobiernos argentinos con sus partidos “nacionales” y las
dictaduras militares que tocaban el clarín antes de sus proclamas contra los
“enemigos de la patria”. El capital inglés tuvo siempre un sueño de hadas; nadie
lo molestó, sólo se preocupó de enviar las divisas con gusto a sangre y
quebracho directamente a Londres. Es una caricatura perfecta de aquello que el
capital viene a ayudar a los pueblos subdesarrollados. Fue el mismo esquema del
petróleo en tantas latitudes de los países de la colonia y la
dependencia.
Eso sí, cuando los obreros de los bosques y los caminos
reaccionaron por su dignidad, vino el garrotazo, la celda, la humillación, la
muerte. Basta leer esta denuncia en la legislatura santafesina, llevada a cabo
por el diputado Salvadores, en 1921. Habla del “martirio del dirigente obrero
anarquista Teófilo Lafuente”. Para muestra basta un botón. Un historia eterna de
la policía y de la Gendarmería argentina. Teófilo Lafuente, denunció el
legislador, fue conducido desde Vera hasta Villa Guillermina por el sargento
Julio Luna. Desde la estación hasta la comisaría fue llevado al trote, a punta
de sable, mientras algunos gendarmes descargaban sobre sus espaldas una
verdadera lluvia de golpes con los sables y los winchesters. En la policía, Goñi
sometió a este obrero lleno de entereza a suplicios verdaderamente brutales. Con
intermitencias breves se le aplicaban terribles palizas en las que se emplearon
frecuentemente las carabinas por el caño, esgrimiéndolas como garrotes. Los
intervalos entre paliza y paliza debían ser soportados por la víctima cumpliendo
severísimos plantones con la cara vuelta a la pared y colocado siempre sobre un
cajón o una silla para que los demás compañeros del infortunado pudieran
observar quién era el martirizado, invariablemente se le anunciaba que el
plantón había terminado con una bofetada a la que seguía una lluvia de golpes y
puntapiés. Frecuentemente se lo invitaba a declarar contra sí mismo y contra sus
compañeros y su firme respuesta: “no tengo nada que decir” era recibida con
nuevos golpes. Pero no era suficiente, señores diputados, este suplicio brutal;
era necesario para saciar la crueldad y los instintos verdaderamente feroces de
los verdugos, unir al martirio de la carne el tormento del ultraje infamante,
para aprobar la altivez y la hombría de este modesto obrero. Colocáronlo sobre
una silla y se ordenó a los demás detenidos, 40 o 50 hombres que desfilaran uno
poruno delante del martirizado y lo escupieran en la cara. Después se siguió
apaleando todavía a Lafuente hasta que su resistencia física fue vencida y cayó
de boca en la puerta del calabozo siendo empujado a puntapiés hacia al interior.
Fue cuando el comisario Goñi ordenó a un teniente de la Gendarmería que por la
noche condujera la víctima al monte y cumpliera “su deber”. El prólogo de la
desaparición de personas que aplicarían medio siglo después los militares
argentinos.
Pero claro, esto parece una crónica más de la represión brutal
que sufrieron en todos los gobiernos los obreros luchadores por los derechos de
los hombres y mujeres del trabajo. No, lo más increíble y sorprendente fue que
el gobernador radical de Santa Fe, Enrique Mosca, dicta una ley donde crea la
Gendarmería volante para actuar en las tierras de La Forestal aceptando para su
equipamiento, y los gastos que demande el escuadrón, la donación de la propia
empresa de un fondo para esos fines represivos.
Es una desvergonzada
intervención del gobierno elegido por el pueblo para reprimir al pueblo. Es
interesante, además, leer en los documentos de la Legislatura santafesina que a
“los comisarios de los pueblos de La Forestal, el gobierno radical les asigna un
sueldo mensual de 150 pesos, pero La Forestal les pasa oficialmente una
subvención mensual de 450 pesos mensuales y una partida de 70 pesos para
forrajes. La empresa británica, como si fuera poco, les da a los jefes
policiales: casa habitación, luz, leña, caballos y armas. En los almacenes de La
Forestal los uniformados podían adquirir lo que quisieran a precios muy
ventajosos”.
Después nos preguntamos de dónde nacen los defectos de nuestra
democracia. Estos antecedentes nunca fueron revisados por la Legislatura ni por
el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen que justo seguía gobernando después de
los fusilamientos de la Patagonia y de la bestial represión de la Semana
Trágica.
Se cumplen ochenta años de las huelgas de La Forestal. Otro de los
hechos ignorados por la historia oficial. Fue el digno Gastón Gori quien con su
libro La Forestal dejó todo al desnudo. Y Gori es seguido hoy por historiadores
jóvenes como César Ramírez y David Quarin quienes van descascarando el muro de
silencio que acompañó a las depredaciones de La Forestal y la indiferencia de
los gobiernos provinciales y nacionales.
Si comenzáramos a analizar la
conducta de los monopolios, el método de las grandes empresas y la política del
último cuarto de siglo nos encontraríamos con una gangrena que carcome nuestra
democracia. Aunque tengamos presos en coquetas casas de fin de semana a alguno
de los inspiradores y seguidores de esta política de oprobio, habría que revisar
las relaciones globalizadas de los que aceptan los dictados del capital cuando
amenazan retirarse del país que explotan.
Dejamos los caminos vacíos de La
Forestal. Duele la burla. En casi todas las ciudades santafesinas hay una calle
con el nombre de Enrique Mosca, el que dio una guardia uniformada a la empresa
para que ningún obrero osara luchar por sus derechos. En cambio, en ningún lado
se lee ni siquiera una placa en recuerdo a Teófilo Lafuente, el digno luchador
por los derechos humanos en esa tierra rojiza.
Fuente:
http://ar.geocities.com/veaylea2000