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JUAN MANUEL DE ROSAS ASUME EL 2° GOBIENO
                          

Juan Manuel de Rosas (01) Rosas asume el 2° Gobierno
(02) Proclama de Rosas al asumir el gobierno
(02) Fuentes
(03) Artículos Relacionados


Rosas asume el 2° Gobierno

Renuncia el gobernador interino, Dr. Maza, y la Junta de Representantes designó gobernador a Rosas, ya no con “Facultades Extraordinarias” sino con la “Suma del Poder Público”, sin más restricciones que la de conservar y proteger la religión católica y sostener la causa de la Federación.

Rosas pidió algunos días para contestar y respondió que solo podía aceptar previo plebiscito en el que quedara consultada toda la ciudadanía, expresando su voto “Precisa y categóricamente, quedando esto consignado de modo que en todos los tiempos y circunstancias se pueda hacer constar el libre pronunciamiento de la opinión general”.

El plebiscito se realizó los días 26, 27 y 28 de febrero de 1835. Concurrieron al sufragio 9.320 personas, con solo 8 votos en contra. El propio Sarmiento lo reconoce con el tiempo:

“No se tiene aún noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar... Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica, nunca hubo un gobierno más popular y deseado ni más sostenido por la opinión... que el de Don Juan Manuel de Rosas”. ( Domingo F. Sarmiento. En su libro “Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“. Santiago de Chile, 1845)

Y agregará:

“... (Rosas) Era un republicano que ponía en juego todos los artificios del sistema popular representativo. Era la expresión de la voluntad del pueblo, y en verdad que las actas de elección así lo muestran. Esto será un misterio que aclararán mejores y más imparciales estudios que los que hasta hoy hemos hecho. No todo era terror, no todo era superchería. Grandes y poderosos ejércitos lo sirvieron años y años impagos. Grandes y notables capitalistas lo apoyaron y lo sostuvieron. Abogados de nota tuvo en los profesores patentados del derecho. Entusiasmo, verdadero entusiasmo, era el de millares de hombres que lo proclamaban el Grande Americano. La suma del poder público, todas palabras vacías como es vacío el abismo, le fue otorgado por aclamación. Senatus consulto y plebiscito, sometiendo al pueblo la cuestión”. ( Biografía de Vélez Sarsfield)

Soy Federal. Francia, Artigas y Rosas Rosas inicia su segundo gobierno el 13 de abril de 1835, bajo una euforia popular aún mayor que la de su primer gobierno. Tenía un respeto sagrado por las leyes, y pese a que le fuera otorgada, casi por unanimidad, la “Suma del Poder Público”, mantuvo la Legislatura que dictaba todas las leyes y aprobaba los actos fundamentales de gobierno. Mantuvo también la justicia y siguió funcionando el poder judicial, dictando personalmente algunas sentencias en lo que hoy se llamaría como “ley marcial” o “juicio sumario”, por delitos tomados “infraganti” o en casos que hoy podríamos llamar “delitos federales”, que no correspondiendo a la justicia provincial, eran resueltos por el poder ejecutivo, como el juzgamiento de los asesinos de Quiroga que fueron juzgados y fusilados por el hecho. (Ver Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas. La ley y el orden)

Al asumir separó de la administración pública, militar o eclesiástica a los unitarios más comprometidos, imponiendo al resto el uso de la divisa punzó y el juramento de fidelidad a la “Santa Causa”. Desde Europa, enterado San Martín de los acontecimientos, el escribe a Tomás Guido el 17 de diciembre de 1835:

“Mi querido amigo... hace cerca de dos años escribí a Ud. que yo no encontraba otro arbitrio para cortar los males que por tanto tiempo han afligido a nuestra desgraciada tierra, que el establecimiento de un gobierno fuerte, o más claro, Absoluto, que enseñase a nuestros compatriotas a obedecer... 25 años en busca de una libertad que no sólo no ha existido, sino que en este largo período, la opresión, la inseguridad individual, destrucción de fortunas, desenfreno, venalidad, corrupción y guerra civil ha sido el fruto que la Patria ha recogido después de tantos sacrificios. Ya era tiempo de poner término a tantos males de tal tamaño y para conseguir tan loable objetivo, yo miro como bueno y legal todo gobierno que establezca el orden de un modo sólido y estable, y no dudo que su opinión y la de todos los hombres que amen a su país pensarán como yo...” (Piccinali, Héctor Juan. op. Cit.)

El 27 de abril de 1836, en carta a Molina, San Martín le expresa: “...veo con el mayor placer la marcha uniforme y tranquila que sigue nuestro país: ella solo puede cicatrizar las profundas heridas que han dejado la anarquía, consecuencia de la ambición de cuatro malvados...” y el 26 de octubre en otra carta a Guido “...veo con placer la marcha que sigue nuestra Patria; desengañémonos, nuestros países no pueden (a lo mejor por muchos años) regirse de otro modo que por gobiernos vigorosos...” (Mondragón-Sulé. Op.cit.)

La figura de Rosas, ya estaba en el pensamiento y en el corazón de San Martín.

A raíz del bloqueo francés de 1838, el 5 de agosto, San Martín por iniciativa propia principia un intercambio de correspondencia con Rosas que no se interrumpirá hasta su muerte. El 10 de junio de 1839, enterado del ataque francés apoyado por los unitarios desde Montevideo, le dice en carta directamente a Rosas:

“...esta conducta (la agresión francesa) puede atribuirse a un orgullo nacional, cuando puede ejercerse impunemente contra un estado débil... pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su Patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española: una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer..."

” Fueron unos cuantos los traidores que se unieron al extranjero (franceses, ingleses y luego brasileños) contra su Patria, antes y después de esta sentencia del Libertador, que si se cumpliera, muchos monumentos se achicarían y aún desaparecerían.


Proclama de Rosas al asumir el 2° gobierno. (13 de abril de 1835)

JUAN MANUEL DE ROSAS. La ley y el orden "Compatriotas:

Ninguno de vosotros desconoce el cúmulo de males que agobia a nuestra amada patria, y su verdadero origen. Ninguno ignora que una fracción numerosa de hombres corrompidos, haciendo alarde de su impiedad, de su avaricia, y de su infidelidad, y poniéndose en guerra abierta con la religión, la honestidad y la buena fe, ha introducido por todas partes el desorden y la inmoralidad; ha desvirtuado las leyes, y hécholas insuficientes para nuestro bienestar; ha generalizado los crímenes y garantido su impunidad; ha devorado la hacienda pública y destruido las fortunas particulares; ha hecho desaparecer la confianza necesaria en las relaciones sociales, y obstruido los medios honestos de adquisición; en una palabra, ha disuelto la sociedad y presentado en triunfo la alevosía y perfidia. La experiencia de todos los siglos nos enseña que el remedio de estos males no puede sujetarse a formas, y que su aplicación debe ser pronta y expedita y tan acomodada a las circunstancias del momento.

Habitantes todos de la ciudad y campaña: la Divina Providencia nos ha puesto en esta terrible situación para probar nuestra virtud y constancia; resolvámonos pues a combatir con denuedo a esos malvados que han puesto en confusión nuestra tierra; persigamos de muerte al impío, al sacrílego, al ladrón, al homicida, y sobre todo, al pérfido y traidor que tenga la osadía de burlarse de nuestra buena fe. Que de esta raza de monstruos no quede uno entre nosotros, y que su persecución sea tan tenaz y vigorosa que sirva de terror y espanto a los demás que puedan venir en adelante. No os arredre ninguna clase de peligros, ni el temor a errar en los medios que adoptemos para perseguirlos. La causa que vamos a defender es la de la Religión, la de la justicia y del orden público; es la causa recomendada por el Todopoderoso. Él dirigirá nuestros pasos y con su especial protección nuestro triunfo será seguro.

Juan Manuel de Rosas"

Buenos Aires, 13 de abril de 1835

Fuentes:

- Castagnino Leonardo
Juan Manuel de Rosas. La ley y el orden
- Castagnino Leonardo Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
- Castagnino Leonardo Soy Federal. Artigas, Rosas y Francia. La línea histórica Federal
- Obras citadas en el texto.
- La Gazeta Federal: www.lagazeta.com.ar

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Fuente: www.lagazeta.com.ar

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