Paraguay solicita el paso por territorio argentino para auxiliar a los orientales, y mientras espera la respuesta hace la campaña sobre el Mato Grosso, que ocupa con facilidad. Mitre niega el paso y Urquiza se mantiene indeciso y jugando a dos puntas, como quedó dicho. López no espera más el escurridizo Urquiza y toma la resolución forzar el paso, como lo había advertido en la declaración de guerra, guerra ocultada por Mitre.
El 14 de abril de 1865 el general paraguayo Wenselao Robles al frente de un guerte ejercito de 14.000 infantes y 6.000 de caballería, toma sin resistencia al ciudad de Corrientes. Los paraguayos no fueron recibidos como invasores, y Robles mantiene la disciplina de las tropas, declarando que a la población que la guerra era contra Mitre, “auxiliar de los brasileños”.
Tres conocidos Correntinos (Victor Silverio, Teodoro Gauna y Sinforoso Cáseres) de trayectoria son nombrados por el consejo municipal, y aceptados por Robles, como administradores de al zona ocupada. Víctor Silverio, amigo personal de Solano López, será después de la guerra juzgado y absuelto por “alta traición” . Declara que antes de asumir viajo a entrevistase con López en Asunción, quien le dijo:
“Va a entrarse en las operaciones que ha estado demorándolas el general Urquiza. No está en los propósitos de mi gobierno esperar la guerra del Brasil en el territorio de la reública, por muy ventajosa que ella sea. Allá donde tienen ensangrentado entre sus garras al Estado Oriental, es allá donde está señalado el campo de las batallas, y es allá donde el gobierno de la República debo ocurrir con sus ejércitos…pero media la república Argentina, que con su territorio separa a los combatientes. El gobierno del general Mitre ha negado el permiso solicitado, y por esto favorece importantemente al gobierno Imperial…El gobierno del general Mitre sabe que en la actividad de operaciones del ejercito y la armada paraguayos sobre el enemigo común, está la seguridad del éxito.
Sin la alianza del gobierno del general Mitre, el Brasil no hubiera osado agredir jamás la soberanía del Estado Oriental, y con la alianza del gobierno del general Mitre, hoy el gobierno Imperial lo amenaza todo” (A. Rebaudi. La declaración de guerra)
Silveiro compartía como muchos argentinos la opinión de López, y acepta el cargo ante la manifestación de López de que “el pueblo argentino nada debia temer , pues la guerra no era contra el pueblo sino contra sus usurpadores”, quien además le da seguridades de respetar la soberanía, los bienes y derechos de los correntinos. La junta declara a Mitre “traidor e indigno del acatamiento y obediencia de los pueblos” y los correntinos acatan a la junta y no ven un enemigo en el ejecito paraguayo.