Históricamente Brasil ambicionó dominar una margen del Río de La Plata para comunicar su Mato Groso y hasta dominar o ejercer su influencia sobre Paraguay, (parte de “las Provincias unidas del Río de la Plata) al que finalmente le tomó parte del chaco Paraguayo y la Misiones Orientales (con la complicidad de Mitre, por cierto). Esta política los impulsó desde siempre a conquistar también la Banda Oriental, o al menos a lograr su separación de las Provincias del Río de La Pata. También hubo intentos de separar Entre Ríos y Corrientes para formar una “Republica de la Mesopotamia”, por partes del imperio, tal como lo ofrecieron los unitarios de Montevideo a Inglaterra mediante la gestión de Florencio Varela ante Aberdeen (1844) en la corte de Inglaterra, tradicional aliado de brasil desde el siglo XIII. Inglaterra, fiel a su tradición del “divide y triunfarás” y a su “No tenemos perpetuos aliados ni eternos enemigos. Nuestros intereses son lo perpetuo y lo eterno.” (Lord Palmerston) no dio el visto bueno de conquista a brasil, y prefirió la separación en estados menores independientes. “El gobierno no ha traído a la América a la familia real de Portugal para abandonarla y la Europa (Inglaterra) no permitirá jamás que dos estados sean dueños exclusivos de las costa orientales de la América del Sud, desde más allá del Ecuador hasta el Cabo de Hornos” (Lord Ponsonby)
Esta política unitario-inglesa-brasileña, produjo innumerables refriegas con la Provincias del Río de La Plata y con la Confederación Argentina, que llevó hasta la guerra contra el imperio de brasil, derrotado en Ituzaingo por el ejecito Argentino, no obstante lo cual cede la dominación de la Banda Oriental al brasil, (como si hubiéramos sido derrotados), por obra y gracia de nuestro “ilustre” Rivadavia, que prefería tener el ejército en Buenos Aires para aplastar al interior “a palos y cueste lo que cueste” (Agüero). Esta escandalosa capitulación después de la victoria, produjo tal efervescencia y descrédito de Rivadavia, que aunque quiso poner de chivo expiatorio a representando Manuel García, tuvo que abandonar el gobierno. (con lo que, a decir verdad, nos libró para siempre del “sapo del diluvio”) “Estando (Rivadavia) en sus últimas boqueadas (last gasp ) pero aún no muerto –informa Lord Ponsonby al Foreign- vio en el rechazo del convenio de García una última esperanza de salvarse apelando a las pasiones patrióticas y presentándose él mismo como el salvador de la Patria”
Dorrego quiso retomar la guerra ganada, pero el banco de Bs.As. (dominado por los accionistas ingleses) le negó todo recuro: "no facilitarle crédito sino por pequeñas sumas para pagos mensuales" (instrucciones de Lord Ponsonby a los accionistas del banco). Convencido Juan Lavalle (la Espada sin cabeza) por los iluminados como Salvador María Del Carril y Julián Agüero, derrocó y fusiló sin mas trámite a Dorrego, gobernador legal de la Provincia de Buenos Aires.
Rosas consideraba a Paraguay parte integrante de la Provincias del Río de La Plata, y no pretendió anexarla por la fuerza a la Confederación, sino que le dio el trato de “Provincia”, tratando de atraerla por convencimiento y no por la fuerza. Similar política tuvo con Bolivia y la Banda Oriental, apoyando con el ejército a argentino al general Manuel Oribe, presidente electo del Uruguay y desplazado por la ingerencia brasileña.
Por otro lado Río Grande do Sul trató de independizarse del imperio a través de la revolución de los “farraphos”, que pidieron auxilio a Rosas, y hasta tuvieron intenciones de unirse a la Confederación Argentina.
Esta situación política mantuvo una situación de estado latente de guerra con el imperio, incluido espionaje y contraespionaje de ambas partes, que llevó casi a la guerra con brasil, (ganada de antemano por la evidente superioridad argentina) y que finalmente terminó en el derrocamiento de Rosas por la traición del Urquiza, jefe del ejército de vanguardia, que se pasó con todo su ejercito al bando enemigo en vísperas de la guerra.
Durante esa guerra diplomática de intrigas y de espionaje, Andrés Lamas y Alsina comienzan a recibir, a través Juan Nepomuceno Madero, información confidencial y reservada desde Buenos Aires, que retransmiten al encargado de negocios de Itamaraty, Rodrigo de Souza da Silva Pontes. Los informes eran remitidos desde Buenos Aires por Pedro Duval a Madero, y a veces directamente a Lamas o al mismo Ponte de Ribeiro en Río de Janeiro.
Los informes eran de tal precisión y detalle, que solo podría conocer alguien muy cercano a Rosas o a sus ministros. Pasaba información relacionada con movimientos del ejército, diplomacia, correspondencia secreta y hasta cosas íntimas como el humor del Restaurador. Los informes tuvieron tal credibilidad para los brasileros, que muchas veces guiaron su propia política y sus pasos, a tal punto que el ministro brasilero, por desconfianza, llego a prescindir de sus secretarios para redactar sus informes.
¿Pero como haría este Pedro Duval para conseguir la información, que siendo un empleado del correo sin acceso al circulo de Rosas, conocía tantos detalles, y trasmitía por correspondencia manuscrita por su letra? ¿Obtendría los informes de algún allegado a Rosas, o algunos de sus ministros o secretarios, Reyes, Pedro de Angelis, Felipe Arana? No se supo que recibiera dinero por el servicio ni como ni con quien sustraía tan valiosa información. ¿Sería algún infiel de Rosas que le daba información? ¿Algún despechado? Lo cierto es que se enviaban informes reservadísimos, por vía Madero-Lamas-Brasil y el propio Madero pide a Lamas “mucha reserva y circunspección; está en riesgo un pescuezo y de un bueno y útil servidor”. Madero protegía a su informante directo Duval y a su vez al secreto informante de este.
¿Pero quien era este secreto informante, tan allegado a Rosas? Las sospechas caían sobre el propio Felipe Arana o su amigo Pedro de Angelis, redactor del “Archivo Americano”. El historiador brasileño José Antonio Soares de Souza deduce que es Pedro de Angelis, vinculado a Pontes, amigo de Madero y Varela y de la confianza de Arana y el propio Rosas. ¿Pero porque lo haría? ¿Por dinero, por convencimiento o por solo gusto de la intriga y la traición?. Lo cierto es que después de la caída de Rosas, Duval siguió con su empleo en el correo, y de Angelis fue respetado por los vencedores de Caseros, y hasta recibió cierta ayuda económica en brasil.
El historiador José María Rosa da cuenta de una carta descubierta en el Archivo de Rosas que dice textualmente “Llegó hace dos horas la “Carmen” y hasta ahora no tengo ninguna suya. Le pido me informe sobre la misión del nuevo comisionado Terreros. He visto en una carta, de ésa del 20 que han llegado algunos delegados de las provincias ofreciendo todo. Insisto sobre la misión de Terreros y sobre el papel de Southern para trabar la acción de Brasil (que no podrá) y lo que haya comunicado Oribe. Después de lo que escribí a usted solo podré agregarle que lo único que se espera para empezar por todas partes es el regreso del comisionado de Urquiza que se espera en el Golphino por momentos. Resumiendo: el 13 salían del Janeiro dos vapores para conducir al Río Grande 400 hombres de línea (cazadores) para estar en la escuadrilla brasilera. Grenfell esta deseando empezar, y empezará de un modo firme y de frente. Vamos a ver si por ahí ayudan cuando llegue el momento. B”
La carta firmada por Nepomuceno Madero (B) y dirigida la sabido correspondente, fechada en Montevideo el 22 de mayo de 1851 fue respondida punto por punto por el sabido correspondente, tal como informa Lamas a Alsina en carta del 27 de mayo: “Llegó esta mañana el Esk con fechas de ayer. El gran corresponsal algo dice (aquí los informes). Por supuesto el corresponsal aconseja, clama y repite que se obre pronto, pronto” (Carta de Lamas a Alsina que se encuentra en el archivo de Montevideo, Legajos de Lamas, caja 89, legajo 19. según el historiador José María Rosa.)
Releyendo la carta en que Madero le pide informes al corresponsal, es evidente que no solamente pide informes, si no que los proporciona: que el comisionado de Urquiza llegará en el Golphino, que salieron 400 hombres para reforzar el ejército brasilero y que el almirante Grenffel estaba dispuesto a dar inicio inmediato de las acciones, etc.
Ahora bien, si la carta remitida por Madero al “corresponsal” (Duval) está en poder de Rosas, y aun así aquel puede responder a Madero sin ser molestado, es evidente (y así lo deduce el historiador J.M. Rosa en su artículo “El misterio del Sabido Correspondente”) que la carta fue directamente dictada por el Rosas a Duval, (o a alguien que imitara su letra). No era otro que el mismísimo Rosas (por intermedio de Duval, de Angelis y Madero que jugaban de su parte) que valiéndose de los unitarios de Montevideo, trasmitía al imperio informaciones veraces pero intrascendentes y a su vez recibía valiosa información del enemigo. Por intermedio del Sabido Correspondente condicionó las actitudes de brasil, engañado por años en cuanto a las verdaderas relaciones del la Confederación con Inglaterra y Francia, movimiento o preparación de tropas, etc.
El impecable José María Rosas en su artículo dice:
¡Gaucho pícaro y taimado, que supo engañar a hombres tan hábiles como los diplomáticos del Imperio ¡
Bibliografía:
“Historia Argentina” (José Maria Rosa)
“La Caída de Rosas” (JM Rosa)
“El misterio del Sabido correspondente” (JM Rosa)
“Rosas y la Política Exterior” (Enrique Arana)
“Final de la Guerra Grande” (Manuel Fonseca)
“La Guerra Grande” (Alberto de Herrera)
“Acusación y Defensa de Rosas” (Rodolfo Trostine)
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Fuente: www.lagazeta.com.ar
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Leonardo Castagnino
Historia
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