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ACCION DE YATAY – 17 de agosto de 1865
                 

Prisioneros de la batalla de Yatay    
Cándido Lopez, "El Manco de Curupayty"    

(Guerra del Paraguay)

(01) Una batalla desigual
(02) Las acciones
(03) La masacre
(04) Robo de prisioneros
(05) Fuentes.
(06) Artículos relacionados.

Una batalla desigual

Estigarribia había entrado en territorio brasileño el mismo 11 de junio en que la escuadra paraguaya era derrotada en Riachuelo. Cruzó el Uruguay y se apoderó en Sáo Borja, de donde en cumplimiento de las primeras órdenes de López se dispuso a seguir su marcha por la orilla brasileña del río, mientras el mayor Duarte lo hacía por la izquierda con una pequeña columna.

Siguió su marcha, seguido de cerca por las milicias ríograndenses de Canabarro, superiores en número a las tropas paraguayas, hasta apoderarse de Uruguayana, sobre el río Uruguay, el 5 de agosto. De allí, según las órdenes de López, debería marchar sobre Alegrete, en el interior de Río Grande, donde se organizaba el ejército brasileño, e intentar desbaratarlo. Mientras tanto, el mayor Duarte con su pequeña columna de 3.000 hombres, le cuidarla la espalda en Paso de los Libres, frente a Uruguayana.

Obra de Cándido López Era una operación suicida y resultó un suicidio. Ya se habían concentrado en Concordia fuerzas aliadas superiores a los 5.000 y pico de hombres que tenía Estigarribia en Uruguayana y a los 3.000 de Duarte en Paso de los Libres.

Pese a la abrumadora superioridad enemiga, Estigarribia rechazaba con ironía la propuesta de rendirse a los “libertadores de su patria”:

“Si VV.EE. (decía a los jefes aliados) se muestran tan celosos por dar libertad al pueblo paraguayo, ¿por qué no empiezan por dar libertad a los infelices negros del Brasil, que componen la mayor parte de la población, y gimen en el más duro y espantoso cautiverio para enriquecer y estar en la ociosidad a algunos de cientos de grandes del Imperio?”.

El 17 de agosto, Venancio Flores, con 10.200 hombres y 32 piezas de artillería, se lanzó contra Duarte. Éste, resuelto a sacrificarse, lo esperó en Yatay; la desigual batalla resultó una carnicería de paraguayos: 1.700 muertos, 300 heridos y 1.200 prisioneros.


Las acciones

Guerra del Paraguay  - Leonardo Castagnino
Duarte se puso al frente de la caballería, en cuyo puesto – según Garmendia- “era eximio para dar glorias a su patria en cargas memorables”.

Por su parte Flores tomó posición en una altura y se dispuso para el ataque, pero antes intimó rendición al Duarte, enviando a un oficial parlamentario, que Duarte contestó con la ironía de un soldado de Leónidas: “Dígale al General Flores que no tengo órdenes del superior en ese sentido”.

A las 11 de la mañana las 32 bocas del ejército aliado dieron comienzo al tremendo choque con un nutrido bombardeo sobre los paraguayos extendidos en el valle, seguido por la carga impetuosa de León de Pallejas al frete de los orientales. Las guerrillas paraguayas respondieron con valentía pero muy reducidas en número, fueron aplastadas.

No obstante la desigual lucha, las descargas de los batallones paraguayos hicieron estragos en las fuerzas aliadas, al tiempo que la caballeria, con Duarte a su frente, lanzaba una carga sobre el un escuadrón del regimiento escolta, generalizando la dispersión.

Pese al triunfo parcial de la caballería, los paraguayos no podían mantenerse mucho tiempo frente a un ejercito aliado fuerte de 10.000 hombres. El tremendo entrevero de sable y lanza termina cuando son desplazados los paraguayos por la superioridad numérica, y el mayor Duarte, a caballo y sable en mano, es tomado prisionero por al infantería aliada.

El heroico comportamiento paraguayo quedó reflejado en los partes de los jefes aliados Paunero y Flores y del propio Mitre decía:

“Remito a V.E. dos de las cuatro banderas tomadas al enemigo en le campo de batalla trofeos gloriosos de esta jornada, quedando en este cuartel general el jefe superior de la columna enemiga, tomado prisonero en medio del fuego por las fuerzas argentinas, ante quien rindió su epada” (Mitre al vicepresidente Paz. Cuartel general. Concordia. 24 de agosto de 1865. Partes oficiales.p.8)(AGM.Proceso a los falsificadores...)

Flores declaró que “Los paraguayos son peores que salvajes para la pelea, prefieren morir antes que rendirse…”.


La masacre

La batalla terminó al mediodía, y lo que siguió fue una cruenta matanza. Los pequeños grupos de paraguayos que pelearon “como bárbaros” –según Flores- fueron acorralados sobre al ribera pantanosa del Yatay, sin pedir ni aceptar cuartel. El corresponsal del “Evening Star”, de Londres, después de haber recorrido el campo de batalla, escribe lo siguiente:

“Era un espectáculo horrible. Mil cuatrocienteos paraguayos yacían allí sin haber recibido sepultura; los más de ellos tenían las manos atadas a la espalda y las cabezas destroncadas. ¿Cómo había sucedido esto? Es que habían sido hechos prisioneros y después del desarme habían sido degollados y abandonados en el campo de batalla...”

Los pocos sobrevivientes de este salvaje degüello fueron distribuidos entre los diversos cuerpos enemigos o enviados a Buenos Aires o Montevideo para servir de criados a los deudos de sus vencedores. ¡Muchos fueron vendidos como esclavos en el Brasil! (Juan E. O´Leary. Historia de la guerra de la Triple Alianza.p.111)


El robo de prisoneros

El publicista oriental, Carlos María Ramírez protestó en 1868, contra la repetición sistemática del mismo hecho: “Los prisioneros de guerra –decía- han sido repartidos entre los cuerpos de línea y, bajo la bandera y con el uniforme de los aliados, compelidos a volver sus armas contra los defensores de su patria". ¡Jamás el siglo XIX ha presenciado un ultraje mayor al derecho de gentes, a la humanidad, a la civilización!.

Obra de Cándido López “Durante la rendición de Humaitá aconteció algo notable: uno de los que se rendían, abandonó de inmediato a sus compañeros, se precipitó, como loco, sobre uno de los nuestros y lo abrazó y no quiso desprenderse de él; era un sargento de artillería de la fortaleza. Aconteció que este sargento era una sargenta en uniforme de artillero y que había participado del sitio de la fortaleza de Humaitá. Nuestro compañero, un paraguayo, su marido, que luchaba como prisionero...” (Lopracher. cit.en “Genocidio Americano, A guerra do Paraguai”, p.150- Julio José Chiavenatto. Sao Paulo)

También fue generalizado el robo de prisioneros por los aliados para ser vendidos utilizados como esclavos, y no hubo oficial que no se llevara varios “paraguayitos” como botín. En carta que escribe Mitre a Marcos Paz le dice “Nuestro lote de prisioneros en Uruguayana fue de poco más de 1.400. Extrañará a usted el número, que debiera ser más; pero por parte de la caballería brasileña hubo tal robo de prisioneros que por lo menos arrebataron 800 o 1.000 de ellos; los robaron para esclavos, hasta hoy andan robando y comprando prisioneros. El comandante Guimaraes, jefe de una brigada brasileña, me decía el otro día que en las calles de Uruguayana tenía que andar diciendo que no era paraguayo para que no lo robaran” (Carta de Mitre a Marcos Paz)

En carta fechada en Humaitá el 20 de noviembre, López le protesta a Mitre por el trato dado por los aliados a los prisioneros paraguayos. Entre otros conceptos le dice que “Es de uso general y práctica entre naciones civilizadas atenuar los males de la guerra por leyes propias, despojándola de los actos de crueldad barbarie, que deshonrando a la humanidad, estigmatizan con una mancha indeleble a los jefes que los ordenan, protegen o toleran, y yo lo había esperado de V.E. y sus aliados...

Y continúa la carta de López:

“La estricta disciplina de los ejércitos paraguayos en territorio argentino y en la poblaciones brasileras así lo comprueban…y mientras tanto V.E., iniciaba la guerra con excesos y atrocidades…La bárbara crueldad con que han sido pasados a cuchillo los heridos del combate de Yatay…y acciones todavía más ilegales y atroces que se cometen con los paraguayos que mantenido la fatal suerte de caer prisioneros del ejercito aliado en Yatay y Uruguayana, V.E. los ha obligado a empuñar las armas contra la patria(…)haciéndolos traidores, y aquellos que han querido resistir a destruir su patria con sus brazos han sido inmediata y cruelmente inmolados. Los que han participado en tan inicua suerte, han servido para fines no menos inhumanos y repugnantes, pues que en su mayor parte han sido llevados reducidos a la esclavitud en brasil, y los que se prestaban menos por el color blanco de su cutis para ser vendidos, han sido enviados de regalo, como entes curiosos sujetos a la servidumbre. Este desprecio, no ya de las leyes de la guerra sino de la humanidad, esta coacción bárbara como infame que coloca a los prisioneros de guerra entre la muerte y la traición, o entre la muerte y la esclavitud, es el primer ejemplo que conozco en la historia de las guerras, y es a V.E.,al emperador del Brasil y al actual mandatario de la República Oriental a quienes cabe el baldón de producir y ejecutar tanto horror”

¿Quien sino Mitre era la barbarie?

Fuentes:                  

- Rosa, José María – La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas – Buenos Aires (1985).
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"(1965)
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- O´Léary. Historia de al Guerra de la Triple Alianza. Asunción (1911)
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar


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Fuente: www.lagazeta.com.ar



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