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LA BANDADA DE PÁJAROS
                          
El Restaurador de las Leyes

Comentando la situación de provincia de Córdoba, Rosas le escribe por intermedio de Domingo Cullen a Estanislao López que estaba en campaña, el 7 de noviembre de 1835

“…Esta falta de tino no debe sernos extraña ni causarnos la menor novedad, porque bien probada tenemos desde mucho antes de ahora la falta de hombres de capacidad para cualquier empresa que exija saber y prudencia, falta que desgraciadamente se hace más notable entre los federales, que aunque exceden y sobrepujan sobre manera en probidez y honradez, son generalmente más sencillos, porque en su mayoría no se han ocupado de otros asuntos que el de llenar honestamente sus deberes domésticos, trabajando en lo que es de su ejercicio o profesión. No así los unitarios que por lo común aspiran a vivir a costa de los demás con proyectos y empresas que le sugiere su ambición, y que los habitúan a ser más astutos y ardidosos en su modo de preceder. Es tan positiva y conocida esta diferencia, que en todos los tiempos ha sido uno de los fundamentos en que han apoyado éstos el éxito de sus inicuos planes y que produjo ese orgullo insoportable que experimentamos en la administración de Rivadavia. Hoy mismo es una de las razones que los alienta a la vez en medio del estado de desesperación a que los ha reducido el desengaño que les han presentado los sucesos en todo el curso de sus incesantes negativas".

En la misma carta se queja de Pascual Echagüe, que no actúa con mano firme y tolera en Entre Ríos la presencia de unitarios que conspiran con los exiliados de Montevideo.

“He dicho, mi querido amigo, que las expresadas tres cualidades son muy necesarias en todo el que gobierne o dirija los negocios de Córdoba hoy día, por que nuestros enemigos no duermen, y es preciso estar en armas contra ellos hasta que queden anonadados, impedidos de toda acción. Acabo de saber que en el Entre Ríos, donde hay muchos y malos unitarios, trabajan y maniobran con todo afán; y que D. Enrique Martínez ha derramado un papel el más incendiario impreso en Montevideo, que si no me engaño, se titula Federación, Constitución y Organización Nacional. Yo no sé cómo el señor Echagüe, nuestro buen amigo, tolera esa canalla en el territorio de aquella provincia. Acaso lo hará porque allí no causan alboroto; pero, ¿qué importa esto, si desde los diversos puntos de ella arrojan tizones por todas partes a los demás, y de este modo no sólo alientan los esfuerzos de los que están en Montevideo, sino también a los que existen disfrazados en todos los pueblos de la República?

Escribo sobre esto a nuestro amigo D. Pascual haciéndole ver que es absolutamente necesario, que todos los Gobiernos de la Confederación marchen . acordes y con la mayor firmeza en la persecución de los unitarios, porque de lo contrario es imposible afianzar la paz interior de la República, sin la que nada se puede adelantar; los pueblos se irán consumiendo y aniquilando de día en día; los restos de moralidad que han quedado irán desapareciendo; no habrá como formar hombres y entre tanto que se malograran y acabaran los pocos que hay formados, y el régimen federal caerá en el más completo descrédito, haciéndosele aparecer, como totalmente insuficiente para establecer el orden, tranquilidad y seguridad de la República. Yo espero que mis insinuaciones no serán infructuosas, pues no se dirigen a que arroje de su Provincia a, todos los unitarios, sino a que les cargue de firme la mano a los conocidos por malos; y con el castigo de éstos se mantengan a raya todos los demás.

Quisiera que mi compañero tomase parte en este justo empeño; y he de estimar a Ud. que eleve cuanto antes a su conocimiento esta carta y que disponga al mismo tiempo del afecto con que soy su atento servidor y amigo. Juan Manuel de Rosas"


A los pocos días, el 13 de noviembre de 1835 le dice en carta a Estanislao López:

“…me fijé en que lo más importante relativamente a los a los asuntos de Córdoba, era que los gobiernos del interior uniformasen sus pasos con los nuestros, pues el mayor de los males como el más fecundo en fatales consecuencias con respecto a dichos asuntos, sería que cada uno tomase por su lado, y que no hubiese concierto de acción entre todos.

Partiendo de este principio me ocupé de pronto y preferentemente en instruirlos del estado de las cosas en aquella Provincia, y de nuestras ideas, bien persuadido que la uniformidad de acción en todos los gobiernos, sería el medio suficiente y menos gravoso para ponerlas en orden; porque a la verdad los unitarios e intrigantes que han asomado la cabeza en Córdoba, me ha parecido una banda de pájaros hambrientos sin poder en la actualidad, que han querido burlar nuestra vigilancia y penetración con disfraces y tramoyas, pero que al menor ruido que se les haga de lejos, huirán y se dispersarán al momento. Todo el peligro y gran mal estaba en no conocerlos y darles tiempo a que se anidasen. Mas conocidos y viendo ellos que todos se preparan a espantarlos, su fuga y dispersión es a mi juicio indudable".


(...)

"Por otra parte yo me hacia cargo que en cualquier evento que las cosas apurasen por sucesión de acontecimientos Ud. obraría en el sentido de las ideas en que estábamos acordes, y que a este respecto ni Ud. se debía detener, ni yo recelar por la demora en mi contestación siempre que se consiguiese la uniformidad de acción en los pueblos del interior, que era de lo que me ocupaba con más prisa.

Los sucesos han comprobado la exactitud de mis cálculos, porque si hubiésemos hablado previamente para expedirnos en nuestras respectivas resoluciones, y en la recíproca manifestación de ideas, pública y privadamente, no habríamos podido obrar con más consonancia. Tanto es lo que importa marchar con decisión y fijeza bajo unos mismos principios y animados siempre de la mejor buena fe.

Así es que debe disculparme, compañero, de la demora en contestar a su precitada de 16 del ppdo., y no exigirme más prontitud de la que he observado hasta aquí en mi contestación a las suyas, porque no puedo, no puedo hacer más de lo que hago, y si Dios no me favorece de un modo especial, y por desgracia llega a flaquear mi salud, continuando el torbellino de cosas en que estamos metidos, no sé que será de nosotros.

Por ésto es necesario trabajar decididamente en destruir cuanto antes y para siempre la influencia unitaria, y que todos los Gobiernos Confederados, como se los he dicho desde mi ingreso al mando de esta provincia, trabajemos a una sin andar a medias, ni con cortesía en perseguirlos y anonadarlos por todas partes, hasta dejarlos privados de toda acción; y por ésto en la carta contestación que el 7 del corriente escribí a su ministro general el señor D. Domingo Cullen, recomendándole la elevase cuanto antes a su conocimiento, y de que adjunto ahora el triplicado, le manifiesto el deseo de que Ud. tome parte en el empeño que hacía en carta privada con nuestro amigo el señor D. Pascual Echagüe, para que persiga con firmeza esa madriguerade unitarios insolentes, que se ha formado en la provincia de su mando, y desde donde arrojan tizones a todos los puntos de la República, de concierto con los de Montevideo, para alentar las esperanzas y encender el furor de los que existan entre nosotros"
.

Fuentes:

- Barreto, Félix. Papeles de Rosas, ps. 76-80. Edit.Archivo histórico de Santa Fe.
- Irazusta, Julio. Vida politica de Juan Manuel de Rosas. t.II.p.373-375
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

                          

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Fuente: www.lagazeta.com.ar

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