López en Santa Fe
Estanislao López.
Con la renuncia de Vera a la gobernación, en julio de 1818 toma el mando político Estanislao López y adopta enérgicas medidas destituyendo funcionarios y militares sospechados de porteñismo.
En noviembre de 1818 la escuadrilla compuesta por dos bergantines, una goleta y varios lanchones –al mando de Angel Hubac- y las fuerzas porteñas de Juan Ramón Balcarce rodean la provincia de Santa Fe. En una notable guerra de recursos, López lo separa de las tropas cordobesas que venían en auxilio de Balcarce, y finalmente lo derrota en Monte Vera, en lo que –según el historiador José Luis Busaniche- era el cuarto “descalabro de Pueyrredón en su política de salteamiento a las provincias”.
También fracasa del Director frente a Ramírez y Campbell en Entre Ríos con las fuerzas de Herenú y Hubac, que finalmente se repliegan hasta San Nicolás, dejando Rosario prácticamente destruido e incendiando los techos que quedaban en pie.
Pero Pueyredón no se da por vencido. En febrero de 1819 acepta la renuncia de Balcarce, lo sustituye por Viamonte y pone en marcha un nuevo plan de agresión: con 3.500 hombres de las tres armas, Viamonte debía combinar con las fuerzas de Córdoba al mando Bustos y con el apoyo del ejército del Alto Perú al mando de Manuel Belgrano. Por otra parte se lo ordenó a San Martín que repase la cordillera con sus tropas desde Chile, pero éste, con O´Higgins, acuerda intervenir directamente ante López y Artigas.
José Gervacio Artigas
Protector de los Pueblos Libres.
Mientras tanto López, reforzado con 800 hombres enviados por Ramírez, realiza un rápido movimiento sobre Córdoba derrotando a Bustos y a José Maria Paz en la Herradura del Río Tercero. Regresando a Santa Fe, el 19 de marzo derrota a la vanguardia de Viamonte en las Barrancas del Carcaraña, cerca de Coronda, y deja nuevamente a las fuerzas porteñas inmovilizadas en Rosario por falta de caballadas.
Pero a pesar de estas victorias, la provincia de Santa Fe estaba ya sin recursos, saqueada por lo ejércitos porteños, según se desprende claramente de los informes de Manuel Belgrano: “Es urgente concluir esta desastrosa guerra, por cualquier medio. Todo es desolación y miseria; las casas abandonadas, las familias fugitivas o arrastradas, los campos desiertos de ganados y caballos”. Increíblemente todo esto sucedía mientras los portugueses se adueñaban de la Banda Oriental.
Estanislao López propone a Viamonte una tregua que se concreta el 7 de abril de 1819. Pueyrredon se ve en la necesidad aceptarla como hecho consumado, designando representante para ratificar el armisticio a Ignacio Álvarez Thomas, que debía reunirse con Agustín Urtubey y Pedro Gómez, representantes de López y Ramírez. El 21 de mayo concurren a San Lorenzo los representantes porteños y santafesinos, pero en cambio no lo hace el entrerriano por la oposición expresada por Artigas con anterioridad.
La oposición de Artigas había sido expuesta con antelación por éste con suficiente claridad, en un oficio del 4 de abril al Cabildo santafesino. Artigas expresaba su optimismo para que el año XIX sea “la época precisamente destinada a correrse el velo y se represente la trágica escena de los pueblos en sus verdaderos intereses. Sean ellos libres, decidan de su suerte y cualquiera que sea su resolución, nadie se atreverá de nuevo a violarla”. El destino de América “aún fluctúa, entre la ambición de Buenos Aires y de las potencias extranjeras”. Los pueblos no pueden depender de las miras de Buenos Aires y de sus intereses, que abusando del nombre sagrado de aquellos, “no alivia su opresión, sino que la agrava”. “Es bien conocido el objeto del rey del Brasil en la época y el compás que guarda Buenos Aires en todas sus resoluciones.”
Como vemos, a pesar de las dificultades, Artigas veía las cosas con claridad y mantenía en alto sus ideales.
“V.S. mismo habrá oído decir –continua al oficio de Artigas al Cabildo- que los pueblos aún laboran en ignorancia; que aún no tienen un juicio maduro para sancionar sus derechos, ni la edad suficiente para su emancipación. Con que, en suma, nuestra suerte será la de los africanos, que por su ignorancia viven sujetos al perpetuo yugo de la esclavitud…Los pueblos no tienen más derechos de los que quieren concederle Buenos Aires, ni otra emancipación que estar bajo su tutela. Todo esto es gracioso y digno de admirar; todo lo dejo la sabia penetración de V.S.”
“Para mi nada más lisonjero que los pueblos expresen su voluntad –dice Artigas en el oficio- pero no por los términos del Congreso de Tucumán, cuyos resultados hace tres años lloramos, abusando de nuestra moderación y mortificando todos nuestros esfuerzos…Nada es tan distante del corazón de los pueblos que hacernos la guerra, y los porteños están empeñados en realizarla contra la autoridad de los pueblos. Nada es tan obvio a un porteño como declarar la guerra a los portugueses y nada es tan urgente a los intereses de la América como declararla. V.S. debe entrar en el fondo de estas dos proposiciones y ellas darán el resultado de lo que debe ser.” (WRA-p.295)
A pesar de la opinión de Artigas, el armisticio trajo algunas consecuencias circunstanciales. Belgrano retrocede hasta Arequito, en Córdoba, y gravemente enfermo le sede el mando la general La Cruz: López ordena el regreso de los auxiliares entrerrianos; el 19 de julio, López es designado Gobernador y Comandante de Armas de Santa Fe.
Fuentes:
- Reyes Abadie, Washington. Artigas y el federalismo en el Río de la Plata
- Castagnino Leonardo. Triple Alianza contra los paises del Plata
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
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